Al margen de consideraciones ideológicas o políticas, la Caja del Seguro Social (CSS) enfrenta una realidad matemática. Nuestra economía no genera empleo formal, lo ha venido generando el Gobierno (financiado con préstamos), y sólo el 18% de los informales cotiza.
Este patrón es “el enemigo número uno” del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), según se desprende de las dos primeras conclusiones del Informe que sobre el Sistema de Pensiones panameño elaboró la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentado en septiembre de 2022.
Severa precarización y estatización laboral, en cifras
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), entre agosto de 2013 y agosto de 2023 se perdieron 25,705 empleos asalariados privados, pero se agregaron 77,234 funcionarios y 235,480 nuevos informales a la economía.
Cada trabajador formal privado que perdió su empleo en esa década fue reemplazado en la economía por tres funcionarios y nueve informales, síntoma de un severo proceso de precarización y estatización laboral, producto de la pérdida de la confianza en el clima para la inversión privada.
De cada cuatro empleos creados entre 2013 y 2023, tres fueron informales y el otro fue un funcionario. De hecho, en agosto de 2023 había casi la misma cantidad de asalariados privados (853,938) que en agosto de 2012 (853,663).
Alta informalidad en los sectores que generan la mayoría de los empleos
Según el INEC, a agosto de 2023 había ocho sectores que representaban 68 % de los empleos en la economía (y 70 % de los empleos juveniles). En el período 2013-2023, estas actividades relacionadas al sector interno, como bloque, aportaron 100 % empleo informal, y hoy muestran niveles de informalidad superiores a la media nacional (47.4 %), síntoma de su pérdida de atractivo para la inversión privada.
Estos sectores son Agricultura (74 % informalidad), Comercio (54 %), Construcción (73 %), Industria (64 %), Logística (61 %), Hoteles y Restaurantes (62 %), Actividades de Apoyo Administrativo (51 %) y Otras Actividades de Servicio (87 %).
¿Quiénes son los informales?
Un Informe de la Dirección de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), publicado en septiembre de 2015 bajo el título de “El Trabajo Informal en Panamá” (página 10), especifica cinco colectivos, de acuerdo a los criterios de la OIT: 1. Empleados de empresa privada sin contrato de trabajo 2. Trabajadores por cuenta propia 3. Patronos, cuyas empresas cuenten con menos de cinco empleados 4. Personas que prestan servicio doméstico 5. Trabajadores familiares.
Todo aquel que no está “emplanillado” en el Gobierno o la empresa privada es, por definición, informal.
Sólo 1 de cada 100 sabe diferenciar una opinión de un dato
Uno de los resultados recurrentes de las Pruebas para Panamá es que sólo 1 de cada 100 alumnos sabe diferenciar una opinión de un dato. En otras palabras, los “cuentos” pesan más que las “cuentas”.
En este contexto, como sociedad tenemos la tendencia a elaborar discursos de satanización, descalificación y victimización basados en opiniones, consignas y eslóganes, sin evidencia. Sin embargo, “lo que no se mide, no existe”. Los datos matan morbo.
Generar empleo formal dependerá de las inversiones que logremos atraer
Panamá es una plataforma para servir al mundo. Las inversiones que atrae (Inversión Extranjera Directa, IED) así lo reflejan, todas relacionadas con el sector externo de la economía.
En los 14 años (2010-2024) que Panamá mantuvo el Grado de Inversión de Fitch, 31 % de los flujos de IED fueron a la Zona Libre de Colón (7% informalidad), 21% a la minería (14% informalidad), 18% al centro bancario (3% informalidad) y 8% a la información/comunicaciones (25% de informalidad), todos sectores con relativamente buenos salarios y niveles de informalidad laboral inferiores a la media para la economía, a diferencia de aquellas del sector interno antes citadas.
El dilema ¿qué inversiones impulsar para generar empleo formal?
El sector interno genera la mayoría de los empleos, pero ha perdido atractivo para la inversión privada, mientras que las actividades que atraen la IED no generan la misma proporción de empleos directos.
Entonces, aparte integrar a los informales a las cotizaciones a la CSS, ¿es posible mejorar la confianza para que aumente la inversión privada en el sector interno?
¿Cómo podríamos mejorar la generación de empleo formal indirecto e inducido en los encadenamientos productivos de los sectores que atraen la IED?
De las respuestas a estas preguntas dependerá el futuro de la CSS y capacidad para generar empleos de calidad. Sin inversión privada, seguiremos siendo una economía de informales y funcionarios, financiada con plata prestada.
