Con la creciente preocupación por la evasión y elusión fiscal dentro de la Unión Europea (UE) es crucial identificar y analizar los países y territorios que han declinado la cooperación en asuntos fiscales: los denominados paraísos fiscales. Este informe detalla la situación actual, las razones de dicho incumplimiento y las implicancias resultantes para la UE y sus países miembros.
Para empezar, es imprescindible proporcionar el listado actual de los paraísos fiscales según la UE. A fecha de la última actualización, la lista negra de paraísos fiscales de la UE incluye los siguientes territorios: Samoa Americana, Anguila, Dominica, Fiji, Guam, Palau, Panamá, Samoa, Seychelles, Trinidad y Tobago, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos y Vanuatu.
Existen varias razones por las que estos países y territorios están en la lista, pero el denominador común es la falta de cumplimiento en la buena gobernanza fiscal. Cada uno ha rechazado tomar acción concertada para implementar estándares de transparencia fiscal, intercambio de información y justicia fiscal. Algunos no han tomado medidas efectivas para abordar las estrategias agresivas de elusión fiscal, mientras otros han fracasado en su compromiso de acceder a acuerdos de intercambio de información a pedido.
En el caso específico de Panamá, la UE ha indicado que existen fallas en la efectividad en intercambio de información, que ocurre a pesar que existe legislación adecuada (que tiene el visto bueno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico -OCDE- y la misma UE) y el no haber aprobado legislación referente a la territorialidad de su régimen, entiéndase aplicar normas de sustancia a entidades panameñas que generan renta pasiva de fuente extranjera o gravar con impuesto dichas rentas, donde lo más conveniente para Panamá es la de ir por el camino de la sustancia y seguir siendo un país de renta territorial, tal como han hecho Costa Rica y Uruguay, entre otros como Singapur y Hong Kong.
Las implicaciones de la no cooperación de estos territorios en cuestiones fiscales son múltiples y significativas para la UE. En primer lugar, la evasión y elusión fiscales resultantes evidencian una pérdida considerable de ingresos fiscales para los Estados miembros de la UE, recurso esencial para la inversión en bienes públicos y servicios. Además, esta situación da lugar a una competencia fiscal desleal, distorsionando el equilibrio económico global y socavando la confianza en el sistema financiero internacional.
En última instancia, la falta de cooperación en cuestiones fiscales contribuye al crecimiento de la desigualdad socioeconómica, ya que las empresas y los individuos ricos pueden evitar pagar impuestos, transfiriendo la carga fiscal hacia los ciudadanos de menores ingresos.
En conclusión, este informe subraya la gravedad del problema de la no cooperación fiscal y propone que la UE debe continuar su labor de vigilancia para ampliar sus esfuerzos en garantizar la transparencia y la justicia fiscal a nivel global. La fiscalidad es un asunto crucial, por tanto, se requiere una acción continua y concertada para abordar el problema persistente de los paraísos fiscales.
(Consultor de EY – Country Managing Partner)

