Las fuerzas del mal y el lado oscuro



El inicio del nuevo período parlamentario nos ha demostrado que, como reza un dicho folclórico: “perro huevero, aunque le quemen el hocico”, se proyecta a ser más de lo mismo. Es ilusorio pensar que al árbol torcido se le puede enderezar, así como quitarle el hábito al perro huevero.

Las fuerzas del mal aglutinaron a 44 de sus semejantes para demostrarnos a la ciudadanía que, aunque fueron repudiados ante los ojos del pueblo, encontraron la forma de unirse en un bloque para proteger sus oscuros intereses y entorpecer los cambios necesarios para lograr un Panamá mejor, donde exista civismo, valores, integridad, paz y respeto a los derechos ciudadanos.

Designarse como honorables cuando su historial demuestra que han sido todo lo contrario, no solo es una burla al idioma, sino un ultraje hacia la ciudadanía. El “¿qué hay pa’ mí?” sigue manteniendo su vigencia y, prontamente, saldrán las garras a relucir, pues todos esos discursos con palabras huecas no se los creyeron ni ellos mismos.

Una de las ventajas que tenemos los ciudadanos es que ya salieron a relucir las ratas que se albergan en el basurero mayor. Esto permitirá vigilarlos de cerca y hacerles saber el repudio que se les tiene, y hacerles sentir que no son inmunes a la crítica ni al repudio ciudadano dondequiera que estén, y a sus allegados que gozan de sus frutos mal habidos.

Por ahí alguien les dijo que se portaran bien porque si no la ciudadanía les iba a quemar el gallinero. Claro que, en otro contexto, significaría que les van a incendiar el basurero, pues les queda mejor la denominación de ratas que la de gallinas.

Los guerreros de la fuerza blanca, esos que no se aglutinaron con las 44 ratas, merecen todo el apoyo ciudadano para que puedan ejecutar una buena labor legislativa, pues dentro del recinto, la aplanadora del lado oscuro los puede neutralizar y ya esto se reflejó en la repartición del botín de los cargos en las distintas comisiones, de las cuales fueron excluidos totalmente. Ya demostraron sus hábitos del pasado, instituyendo el “más de lo mismo”. Dicho de otra forma, ha llegado la época de las pailas y pitos, y el retorno de la vestimenta blanca como signo de protesta y apoyo a los 26 de la legión blanca.

Las ratas han alcanzado una primera victoria aglutinándose para lograr los primeros actos necesarios y para asegurar sus actos malévolos futuros, por lo que se hace necesario que esas ínfulas de grandeza que tienen las desinfle la ciudadanía protestando como muestra de apoyo a la fuerza blanca. ¿Volverá el dulce sonido de las pailas a las 8 de la noche a sentirse por toda la extensión geográfica?

Los buenos somos más, por lo que hay que contrarrestar a las fuerzas del lado oscuro, o si no, pensar en quemar el gallinero o incendiar el basurero, como mejor le guste que suene. 5 años de más de lo mismo, ¡qué va!

El autor es ciudadano.


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