Panamá se enfrenta a la peor crisis política de su vida democrática desde 1990. Hoy en el palacio de Las Garzas se institucionalizó la incapacidad, el juega vivo y, sobre todo, las mentiras, que continuamente nos disparan desde este Centro Nacional de Operaciones, hoy en manos del presidente de turno, Laurentino Cortizo. La mentira ha llegado a tener tanto peso en este lugar que ya nadie trata de decir la verdad, sino que el func ionario que invente la mejor mentira, ese recibe la responsabilidad para manejar cualquier “crisis” que se dé.
Durante el desarrollo del tema de la minera, hubo muchos actores proponiendo las mentiras más creíbles, sin embargo, la verdad explotó y barrió sin compasión con mentiras y mentirosos, porque es muy dura, muy cruel e impertinente. Hoy se da otra “crisis” que esta vez está impactando a más de un millón de personas y ahí están los funcionarios con sus nuevas mentiras que creen ellos, mitigarán o resolverán el problema, sin embargo, como ocurrió en el pasado, la verdad volverá a explotar y barrerá con los mentirosos y sus mentiras.
La llamada crisis de cerro Patacón no es nueva, empezó hace más de 10 años y no ha podido ser solucionada por varias razones, una, sobre todo, la razón política. Cerro Patacón es un vertedero de basura gigantesco, en el que “trabajan” en total más 1,500 personas o pepenadores que, por supuesto, representan votos. Estos pepenadores están divididos en varias bandas que gobiernan el lugar, con varios capos; cada uno ganando, a costa del sufrimiento y la miseria de cientos de personas, unos 25,000 dólares diarios. Ellos manejan todo lo que se aprovecha y todo lo que se puede negociar en el vertedero, nada se mercadea allí sin la autorización de los capos, es decir, venta de drogas, prostitución, reciclaje, recibo y venta de llantas, comida vencida, etc. Ni los funcionarios de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario de Panamá (AAUD), ni la empresa Urbalia Panamá, que estuvo a cargo de cerro Patacón, jamás han podido poner orden, ni con la ayuda de la policía que es ciega, como lo es para otras cosas en Panamá.
Los pepenadores deciden qué carro o camión sube al frente de tiro del vertedero, también en qué momento y dónde cada camión vierte los desechos, las bandas tienen a su personal a la entrada del vertedero y cuando un camión, cualquiera que sea, llega al lugar, ellos escogen el camión para irse con este hasta el frente de tiro o hasta donde el bandido decida que el camión vierta, que puede ser en un sitio cualquiera. La situación de la basura sin cubrimiento de tierra no es accidental, porque estos bandidos son los que no permiten que la basura se cubra, ya que entonces no podrían sacar los materiales aprovechables que quedarían debajo de la tierra.
El atraso que se da con los camiones de 3 y 4 horas en verter un viaje de basura ocurre porque los camiones no pueden tirar la basura simultáneamente, sino cuando el bandido da la orden y deben hacerlo uno a uno. Los pepenadores diariamente queman llantas para obtener el metal de estas y venderlo, de ahí que en el verano es usual que se den incendios como el ocurrido recientemente que no ha sido el peor. En fin, un atajo de maleantes son los que dirigen el vertedero de basura más grande de Panamá. La AAUD sabe todo esto, sin embargo, no puede hacer nada al respecto sobre todo porque sus directores no tienen ninguna capacidad para dirigir la operación de la entidad, y los políticos que gobiernan el país no se van a meter contra estos pepenadores ya que, dicen ellos, sería ir contra los derechos humanos, lo cual es otra mentira porque no puede haber ningún derecho humano que permita el trabajo de seres humanos en la inmundicia, en medio de aves de rapiña, ratas, gusanos, moscas, alimañas y toda la miseria en la que estas personas trabajan, incluyendo niños, que la supuesta Defensoría del Pueblo sabe que están ahí trabajando en esas condiciones y no hace nada.
El último incendio ocurrido no fue un incendio provocado intencionalmente como dice el funcionario jefe de los bomberos, el cual se inventó el tema del químico que sirve en todo el mundo para apagar incendios en los vertederos, otra mentira; ese químico es un polvo seco compuesto de fosfato y sulfato de amonio, que sí apaga incendios, pero no de la magnitud del que hay en cerro Patacón, pero esta fue una buena excusa para gastar ese montón de dinero en la compra de ese químico favoreciendo a sus amigotes seguramente y también para los viajes de los helicópteros, el incendio en un vertedero se apaga con tierra desde que el mundo existe y nada hay tan efectivo y barato como esto y en honor a la verdad, el incendio ocurrió como resultado de las operaciones que los pepenadores realizan diariamente desde hace años, a ciencia y paciencia del administrador de la Autoridad de Aseo de turno y de los políticos. Es más, todos los incendios ocurridos en cerro Patacón son el producto de la actividad de estos pepenadores, los que hacen que la actividad de disposición de desechos en Patacón sea una verdadera tragedia.
El incendio aún no ha terminado, sigue subyaciendo debajo de la basura y en cualquier momento se reiniciará; y no es como dice el jefe de los bomberos, que el humo que viene de cerro Patacón no representa un riesgo, porque sí, es tóxico y puede matar sobre todo a los asmáticos. Sería interesante ver el análisis de calidad de aire que hizo este bombero para aseverar semejante mentira y también aseverar que la extensión del incendio son solamente 8 hectáreas.
Si el gobierno quisiera empezar a resolver el problema de la basura en la ciudad de Panamá, lo primero que debería hacer es poner orden en este vertedero, sacando a los pepenadores de ese lugar, y verán; como si fuera por arte de magia, que toda la actividad del manejo de la basura en la ciudad de Panamá mejorará, es decir la recolección y la disposición, esto porque los camiones no tendrán que pasar 3 y 4 horas para disponer un viaje de basura y lo podrán hacer de manera simultánea y expedita y en lugares autorizados, y sobre todo porque se podrá cubrir la basura de tal manera que se eviten incendios, malos olores y presencia de alimañas. Sin embargo, hasta que los políticos dejen de mentir y obliguen a la Policía Nacional a hacer su trabajo, las cosas no cambiarán, sino que empeorarán, porque nadie, más que la fuerza policial es capaz de sacar a esas bandas y a los pepenadores de este lugar, de hecho, para eso es que existe la Policía, para poner orden, con excepción de este país, Panamá.
El autor es ingeniero ambientalista

