Recientemente, el Fraser Institute de Canadá publicó la versión 2024 del informe anual Libertad Económica en el Mundo (Economic Freedom of the World: 2024 Annual Report). En esta ocasión, Panamá se posiciona en el puesto 23 de 165 países evaluados. Esto parece una buena noticia, pero, con el debido contexto, la realidad es que las libertades económicas en nuestro país no están en avance, sino en recuperación.
Para Matthew Mitchell, miembro del equipo que compila el informe desde el Fraser Institute, “en general, después de décadas de mejora lenta, globalmente la libertad económica llegó a su máximo en 2019 y ha ido declinando paulatinamente en los tres años subsiguientes, algo que no habíamos visto desde que empezamos a medir la libertad económica hace más de 25 años”. En el caso particular de Panamá, nuestro país vio un desplome en sus libertades económicas, habiendo estado posicionada en el número 33 en 2021 y cayendo al 41 en 2022. Estas posiciones reflejan el perjuicio de los cierres arbitrarios al comercio y otras medidas nocivas aplicadas durante la pandemia, que afectaron a las personas y su capacidad de ganarse la vida de forma digna.
Más allá del privilegio de decir que estamos mejor que nuestros vecinos, la libertad económica tiene implicaciones tangibles en cuanto al grado en que el individuo puede tomar decisiones económicas, tales como qué comprar, dónde comprar, dónde y cómo trabajar, crear un negocio y la facilidad o dificultad de establecerlo. Estos son temas fundamentales para la prosperidad.
Aquellos que vivimos en países con mayor libertad económica gozamos de mayor prosperidad, mayores libertades políticas y civiles, y vivimos más años. Por ejemplo, el PIB promedio per cápita en los países del cuartil superior del informe fue de $52,877 en 2022, comparado con $6,968 en el último cuartil. En contraste, solo el 1% de la población en el cuartil superior vive en situación de extrema pobreza (ingreso inferior a $2.15 diario), frente al 30% de la población en el cuartil inferior. Las expectativas de vida en el cuartil superior son de 80.5 años, frente a 64.9 años. Esto significa la diferencia entre poder conocer a tus nietos o no.
No hay duda de que nuestra economía abierta al intercambio internacional —por nuestra posición geográfica y el peso de la economía en torno a la logística con el Hub de Las Américas y el Canal— nos augura la posibilidad de enfocarnos en la reducción de burocracia y tamaño del gobierno. Además, esto nos permite aspirar a seguir mejorando nuestra calificación y atraer mayor inversión extranjera a Panamá.
El autor es director de la Fundación Libertad