El entorno electoral es propicio para plantear lo que en la Fundación Libertad consideramos temas de gran relevancia que deben ser parte de las estrategias del gobierno que resulte ganador el próximo 5 de mayo, con el propósito de que contribuyan a una mayor libertad económica. Libertad económica se traduce al desarrollo y prosperidad de la ciudadanía a fin de lograr el crecimiento del país ante el panorama incierto para el próximo quinquenio.
En 1986 se iniciaron los primeros esfuerzos para medir empíricamente la libertad económica y tratar de cuantificarla en un índice que permitiera un análisis del verdadero impacto de la libertad económica en el bienestar de las personas. Michael Walker del Fraser Institute y el Nobel de Economía Milton Friedman trabajaron en conjunto con los Premios Nobel Gary Becker y Douglas North para crear el Índice de Libertad Económica, publicado por primera vez en 1986. Desde ese entonces, los informes de Libertad Económica han presentado un índice global que mide la coherencia de las políticas públicas e instituciones de un país con su grado de libertad económica.
El índice tiene como propósito cuantificar el grado en que las políticas públicas e instituciones de diversos países contribuyen a la libertad económica del mismo. En dicho ranking, los pilares de la libertad económica se expresan en cinco grandes áreas: 1) Tamaño del gobierno 2) Sistema legal y seguridad de los derechos de propiedad 3) Estabilidad monetaria e independencia del Banco Central (gracias a Dios estamos dolarizados y por ende marcamos bien como país 4) Libertad de comercio internacional (Gracias Zona Libre de Colón) y 5) Regulación crediticia, laboral y de negocios. En total, el índice recoge y analiza 44 variables para reflejar el grado de libertad económica presente en 162 países.
El informe del 2023 tiene en su ranking a Singapur, Hong Kong, Suiza, Nueva Zelanda (dos islas remotas con 5.2 millones de habitantes), Estados Unidos, Irlanda (una isla con 5 millones de habitantes), Dinamarca (6 millones de habitantes), Australia, Reino Unido y Canadá en el Top 10, mientras que en el sótano se encuentra Venezuela, Zimbabue, Siria, Sudán, Yemen, Irán, Libia, Argentina, Algeria y la República del Congo.
Panamá se encuentra en la posición #39 pero con tendencia a la baja. En el vecindario, Costa Rica está a la cabeza en la posición #21 y subiendo, Nicaragua #95, Colombia en la posición #89 y Chile en la #30 pero con tendencia a la baja.
El beneficio más directo de la libertad económica proviene de la fuerte relación positiva entre esta y los niveles de ingreso per cápita pero la libertad económica no sólo conlleva mayor crecimiento económico y mayor bienestar material, sino que además está también relacionada positivamente con varias variables del desarrollo humano y de la felicidad. Los beneficios sociales de la libertad económica se extienden mucho más allá de los meros ingresos más altos o de las tasas de pobreza más bajas.
La Fundación Libertad ha hecho un documento con sugerencias que son contrarias a las del Fondo Monetario Internacional, que recientemente enfocó sus sugerencias en subir ingresos con aumentos al Itbms y mayor recaudación, pero sin mención de la necesidad de achicar el Estado y un mayor control del gasto. Proponemos una reestructuración de la deuda dado que en el próximo quinquenio se vencen aproximadamente unos 14 mil millones de dólares de deuda en un panorama de mayores intereses que absorberán aun más de un presupuesto muy estrecho. El riesgo país sube y el grado de inversión peligra. Es urgente también considerar la reducción de una ya muy abultada planilla. En el 2014 habían 194,000 funcionarios con un costo mensual en salarios de $195 millones. Para noviembre de 2023 estamos en 264,000 funcionarios con un costo mensual de $430 millones. No podemos seguir pensando que el Estado es el feudo del partido que gana las elecciones para atender las necesidades de sus adeptos.
Estos son solo algunos puntos que sugerimos y les invitamos a que vean el documento completo en el siguiente enlace: bit.ly/libertadydesarrollo2024
El autor es director de la Fundación Libertad.
