Los libros perdidos



En un país donde los políticos corruptos más sinvergüenzas dirigen partidos, señalan a Dios como responsable de su permanencia en el cargo y nunca dan cuentas a la justicia, no extraña que desaparezcan más de nueve mil libros y a nadie le importe. Hace tiempo que aquí no importa nada y que nadie da explicaciones por ningún hecho, por muy insólito que parezca.

Lo que más sorprende de todo, es que los libros desaparecieran del Instituto Nacional. Parece que nadie vio ni sospechó nada, ni docentes, ni alumnos, ni nadie. Y déjense de poner la pandemia como excusa para todo, porque aquí vemos lo que nos importa y los hechos ocurrieron en noviembre de 2019. No son dos cajas de libros, son nueve mil de ellos (incluidos documentos), y nadie da respuesta de su paradero, ni el Meduca, ni los responsables del Instituto Nacional, ni nadie.

Panamá no va sobrada de librerías, ni de bibliotecas, ni de libros. Un hecho como este nos enseña (este es el año de la pedagogía, no lo olviden) que cuando más idiotas nos mantenga el sistema, mejor podrán postularse los corruptos para reelegirse. A menos libros, más idiotas; a más idiotas, mejores votantes para el “robó pero hizo”. Una ecuación que los entusiastas de la ignorancia se saben a la perfección.

Los libros no aparecerán, los habrán quemado o algo así. Ojalá me equivoque, y el presidente exija al Meduca, gallardo (como exigía “velocidad” en la construcción del nuevo Hospital del Niño), que aparezca el responsable del asunto y sepamos el destino de los libros. Sé que no lo hará, a pesar de que la Educación es la “estrella” de su gobierno, aunque aquí la consentida, parece ser, es la corrupción.

Son mucho más que libros: son la prueba física de que después de dos años de pandemia somos peores que nunca, y que cada vez estamos más listos pa’ la foto, para que nos gobiernen los mejores corruptos.

El autor es escritor


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