En nuestro país existen aspirantes a puestos de elección popular y otros con intenciones de reelegirse que regalan jamón de navidad a miembros de su comunidad, sin tener claro si esos regalitos vienen o no con fondos del Estado, para comprar conciencias de personas que tienen necesidades económicas y muchas veces con bajos ingresos. Además, otros que prometen empleos que no todos pueden conseguir, pero guardan alguna esperanza en obtener puestos en la planilla oficial, que seguro serán mal remunerados; otros serán botellas y a las muchachas con buenas apariencias, preferiblemente solteras o incluso hasta casadas, algunos políticos prefieren tenerlas muy cerca, estadísticamente probable para contar en su colección, tenga o no los méritos para obtener una carrera profesional.
Como el ejemplo anterior existen muchos que se encuentran en el mundo político, sin contar con proyectos ni planes, solo con deseos de lograr un puesto en la carrera política, quizá para realizar negocios y nombrar a sus allegados, probablemente.
Estos cuadros se repiten por años electorales. Si no es por algún escándalo con que tropezaron o incluso con varios, unos tienen el descaro de tratar de mantenerse en esos puestos y hasta de escalar posiciones de mayor responsabilidad y, para rematar, hasta tres puestos diferentes, representante, diputados y alcaldes, aprovechándose de un sistema antidemocrático.
Además, algunos ex presidentes con sonados escándalos de magnitudes internacionales y de carácter millonario, todavía prometen resolver todos los asuntos que no atendieron durante su gestión, pero esta vez, ante lo imposible, dicen que lo resolverán y hasta dinero dicen que vamos a tener en nuestros bolsillos, si es que no se lo han llevado todo primero. Lo más patético es que algunos miembros del equipo que les acompañó en su periodo están siendo condenados por otros escándalos millonarios y probablemente se encuentren involucrados con el candidato que ahora promete un país de maravilla.
A veces uno cree que son cuentos de la novela de macondo de García Márquez, pero son reales y suceden hasta con frecuencia. Las sorpresas ya no son sorpresas, porque hay sectores que creen o piensan algo similar a los candidatos, que mientras resolvemos nuestra “paila”, no nos interesa lo demás. Los sujetos “más de lo mismo” son los electores o votantes, que irresponsablemente apoyan a esta clase de candidatos, permitiéndole su existencia en la vida política; candidato al que no le interesa su gente ni su país, solo aumentar sus cuentas bancarias y ser dueños de castillos, castigando a niños humildes que no tienen acceso a un sistema escolar de calidad, dejando sin medicamentos a ciudadanos que requieren tratamiento para mejorar su salud y sin obras que se necesitan en las comunidades para tener un mejor estilo de vida.
Al igual que estos políticos que piensan de forma egocéntrica, no les interesa el buen funcionamiento de las instituciones y hacen nombramientos “bien recomendados” que no tienen el nivel ni la capacidad para esos puestos que son bien remunerados, pero destruyen el buen funcionamiento, al llenarse de personas ineptas e incapaces y corruptas que no saben tomar decisiones ni ejecutar tareas importantes. Por eso, algunos altos funcionarios sobreviven, dejando mal a muchas instituciones y son intocables, para rematar.
Queremos que nuestra población reflexione sobre las consecuencias de los votos no responsables a candidatos que solo prometen y no les importa mejorar el país ni ayudar a su propia gente. Unos quedan criticando a los gobiernos que no hicieron nada, pero tampoco hicieron nada al elegir candidatos “juega vivos” que quieren buscar un poder para lucrarse y después están pidiendo un presidente al estilo Bukele.
Votemos de forma responsable, conociendo la trayectoria de los candidatos. Oriente a sus allegados para que no desperdicien su votos. Puede ser la única forma de tener la esperanza de lograr mejores políticos en la Asamblea, en los municipios y en la Presidencia. Nada de candidatos delincuentes y corruptos.
El autor es magíster en salud pública
