“Maktub” es una palabra árabe que significa “estaba escrito”, “tuvo que suceder”, “ya está escrito”, y se considera sinónimo de destino. Un hecho inevitable, que ya estaba predestinado.
Por eso… ¡Habemus contralor y sub contralor!
En un ¡pim, pam, pum!, la “aplanadora” conformada por 47 diputados de los partidos políticos que integran la Asamblea Nacional, escogió al Lic. Anel Humberto Flores De La Lastra como contralor general de la República y al Lic. Elí Felipe Cabezas Justavino como sub contralor.
¡Una vez más, vemos la lucha entre David y Goliat! Pero esta vez, ¡David no trajo su honda! ¡Perdió!
Ganaron los elegidos, aquellos que “saben pedir el voto político”, tal como dijo un diputado al justificar su elección. ¿Cómo se gestionan esos votos políticos? ¿Será con el conocido “¿Qué hay pa’ mí?” o con el “hoy por ti, mañana por mí”? ¡Vaya usted a saber!
Lo cierto es que los ciudadanos comunes, respetuosos de la Constitución y las leyes, deseamos que estos puestos, de suma importancia para el país, sean ocupados por personas ampliamente preparadas y de integridad probada.
No conozco al Lic. Anel Humberto Flores ni al Lic. Elí Felipe Cabezas, así que no puedo hablar ni bien ni mal de ellos. Sin embargo, puedo afirmar, pues lo leí en medios escritos y lo vi en medios televisivos y redes sociales, que estuvieron en la Asamblea Nacional días previos a la selección de estos cargos.
Quizá estuvieron haciendo “lobbies” con los diputados. ¿Con cuáles? ¡No sé! Tal vez estaban buscando los “votos políticos”. ¿Con cuáles? ¡No sé!
Lo cierto es que el elegido para el puesto, con el discurso en mano, estaba en la Asamblea el día de la selección. Se presentó, dio su discurso y agradeció a los diputados. Mencionó que ya se había reunido con diversos gremios, quienes le habían planteado diferentes problemas y posibles soluciones.
¿Habrán tenido los otros aspirantes esa misma oportunidad? Tal vez el Lic. Flores tenía una estrategia política siempre “avanti”.
También mencionó en su discurso que era una lástima que solo dos personas hubieran aspirado al cargo de contralor: él y el Lic. Carlos Barsallo. Sin embargo, según la Comisión de Credenciales, hubo 66 aspirantes, de los cuales solo 20 cumplieron plenamente con los requisitos para el puesto. En cuanto al puesto de sub contralor, 71 aspiraron y solo 30 cumplieron los requisitos.
En el “pleno”, los diputados postularon a solo 2 candidatos al puesto de contralor y 3 al de bub contralor. ¡Increíble! ¡Una burla de marca mayor!
Hace un quinquenio, la autora de este artículo aspiró a este cargo, pero no lo consiguió. Presenté toda la documentación requerida a tiempo (solo dan 4 días hábiles después de la última publicación en medios escritos y digitales). ¡Mucho estrés!
El día “D”, me engalané, iba contenta, con las pilas cargadas para responder a cualquier interrogante de los diputados. Había estudiado mucho.
¿Adivinen? Apenas entré al Salón Azul, conocidos me preguntaban: “¿Ya hablaste con el diputado fulanito de tal?” Y yo, sorprendida en mi ingenuidad, me preguntaba: “¿Pero por qué tengo que hablar con el diputado fulanito de tal?”
Por supuesto, ¡nadie me preguntó nada! ¡Qué pérdida de tiempo!
¿Por qué hacen convocatorias? ¿Por qué ilusionan a la gente si ya todo está “aplanado”?
Y el pueblo esperando un “kaizen” (palabra japonesa que significa mejoras continuas que nos traerán beneficios). ¡Las matemáticas son exactas! 20 diputados más tres más uno… igual a 24.
¡Ganó ... la “aplanadora”! Por eso, ¡‘maktub’!
La autora es arquitecta.

