La ingobernabilidad en que vivimos tiene a toda la ciudadanía en ascuas, salvo a los miembros del Cartel de las sanguijuelas y a su capo, quien debe estar sin achaques corporales ya que sus políticas destructivas y la beligerancia en la toma de decisiones lo sitúa en un lugar donde su gobierno paralelo somete al gobierno electo. ¡Presidente, da la impresión de que usted ya perdió la autonomía!
La falta de acción por parte del Ejecutivo nos esta llevando al despeñadero económico, y no solo eso, sino que la falta de dignidad nos ha convertido en el hazmerreír internacional. Parece que las gallinas no pusieron sus productos ni hubo ferias libres en San Felipe donde los “de fidanque a toledano” pudieran haber ofrecido sus productos.
El Presidente le vendió su alma al diablo para obtener capital político y lograr ser electo y ahora tiene a la mayoría de los panameños viviendo en un infierno. Tenemos dos gobiernos que nos hacen la vida de cuadritos, nos tienen en una zozobra constante y la inseguridad de estar en un país sin rumbo. El Presidente dice que respeta las leyes internacionales, pero parece que es lo único que respeta pues el país se le está viniendo abajo con todas esas leyes incoherentes que existen como la asignación del 7% del PIB para la educación y luego trasladan las partidas para pagar otras cuentas de “cash back”. ¿Cuándo saca a Panamá del Parlatino, refugio de delincuentes? ¿Será que no tiene poder para cambiar todas esas leyes dañinas
Tiene una buena opción para acabar con el gobierno paralelo y así enrumbar a Panamá en un verdadero sendero democrático. Imite al gobierno de Ecuador que simplemente entró a la Embajada de México en ese país a sacar a un asilado delincuente que no cumplía con las reglas internacionales del asilo. Que se creo un conflicto diplomático, claro que sí, pero quien salió perdiendo en ese conflicto: México que fue recriminado internacionalmente por haber violado los derechos de asilo. Y el asilado delincuente donde quedo: ¡En prisión donde le correspondía! Ya olvídese de ese jueguecito de las vías diplomáticas para resolver el conflicto, pues no van a ningún lado. Recuerde que el asilado compro su asilo a un gobierno corrupto donde el “chen chen” prevalece.
Es increíble como, a la sombra de una embajada de una de las peores dictaduras latinoamericanas se mantiene asilado a un delincuente condenado viviendo con los mejores conforts de casa, adecuando la embajada a su conveniencia y recreación, recibo de visitantes y para seguir despachando desde ese recinto entrometiéndose en la política nacional hasta el punto de que montó un gobierno paralelo, con control en el poder legislativo. ¡Eso es el verdadero poder del dinero!
¿Qué será lo que le hace falta al ejecutivo para tomar una medida similar a la de Ecuador? No es por falta de cárceles, pues esta la de punta Cocos subutilizada y con todas las características para que sea recluido y se le acaben todas esas facilidades de las que actualmente goza. ¿Será que tiene sobre su cabeza el pacto de la mafia, donde quien entra, solamente sale en posición horizontal? ¿Será que, como vendió su alma al diablo, ese es un pacto indestructible? Debe haber tantas cosas oscuras que es difícil imaginárselas que lo tienen amarrado y amordazado, pero a la postre solo se ha convertido en “puro tilín tilín, y nada de paleta”.
Lo que se está haciendo cada día más palpable, es que la ciudadanía no se va a aguantar cuatro años y medio mas de esta zozobra, así que le toca Presidente corregir y actuar en lugar de lanzar bravuconadas, o si no va a ver un estallido social que dará un golpe duro al proceso democrático. Pongámonos en los zapatos de Siria, cuyo pueblo cansado de muchos años de dictadura, reaccionaron para derrocar ese gobierno, pero aquí, como hay dos, se volarían ambos pájaros con un solo tiro. En Siria había uno que mandaba, aquí tenemos dos que están en conflicto, tienen al país y la ciudadanía en una incertidumbre y resulta ahora que es verdad, eso que decían en campaña: “Mulino es Martinelli y Martinelli es Mulino”. ¡Ambos tienen a Panamá sin una gobernabilidad definida.
El autor es ciudadano.