Para las próximas elecciones presidenciales, tengo ya decidido que no votaré por ningún candidato que haya participado en gobiernos que contribuyeron a construir el estado cleptocrático que hoy está en proceso de destruir nuestra democracia, que tanta lucha y sangre nos ha costado. Esa parte de la decisión ya está tomada con claridad y convicción.
Sinembargo, mi voto también estará condicionado a que el candidato que escoja entre los aspirantes presidenciales que queden luego de la elimininación que menciono en el primer párrafo, adquiera un compromiso formal (no una simple promesa olvidable de campaña) sobre su acción en los primeros 100 días de gobierno referente a los cinco problemas que requieren de solución urgente en nuestro país.
Esos problemas son los siguientes.
1. CSS/salud. Su plan concreto para salvar la Caja de Seguro Social (CSS) como ente estatal financieramente sólido y con capaciad propia para cubrir las jubilaciones de todos los panameños.
Su decisión para unificar el sistema estatal de salud y convertirlo en el mejor de Ámerica, haciendo uso del cuerpo de médicos (hombres y mujeres) de lujo que tiene nuestra nación, quienes son un orgullo patrio que también contribuye –todos– a la salud pública.
2. Agua las 24 horas del día para todos los panameños, produciendo las radicales reformas al Idaan (ente público) para que sea una institución eficaz y eficiente como el Metro, para producir el elemento más vital para la vida de nuestra población.
3. Educación. Proponer la acción radical de transformación de la educación, que logre la despolitización, la desburocratización y el currículum más moderno posible que enseñe no a memorizar, sino a pensar. Hay propuestas concretas, solo hay que estudiarlas junto a los gremios educativos y decidir por una, comprometiéndose a accionar sobre la misma en los primeros 100 días,
4. Crear el Ministerio de Planificación del Estado, haciendo uso de los magníficos economistas que tiene nuestro país, quienes podrán lograr crear un plan de desarrollo del país a 40 años, haciendo uso de todos los consensos ciudadanos que ya existen, todos muy buenos y completos.
5. Crear un plan de seguridad ciudadana que cuente con todos los talentos que existen en el país, sobre todo con los ciudadanos que si están incluidos y presentes, garantizarán el éxito.
Esas son las cinco acciones convertidas en compromisos formales que yo necesito comprobar para dar mi voto condicionado a alguien para la Presidencia de la República, en la próxima elección.
Tengo así que procurar garantizar que mi país rompa radicalmente con el “más de lo mismo”, la ausencia de liderazgo y la corrupción, que está casi que institucionalizada.
Ese mismo candidato tiene que advertir ahora a la Asamblea (que espero tenga por lo menos de 10 a 15 diputados independientes honestos) que su presidencia solo negociará proyectos para sus comunidades incluidos en el presupuesto nacional y ejecutados por la Nación, pero que jamás negociará sueldos, puestos de botellas y demás actos de corrupción... ¡y punto!
El presidente Guillermo Endara comprobó que se puede gobernar honestamente, ¡sin Asamblea!
¿Por qué insisto en estas acciones en los primeros 100 días? Porque están dentro del período de “luna de miel” presidencial –el punto más alto de su poder popular, que permite acciones radicales–. Después de los 100 días, los gobiernos se vuelven “reactivos” y pierden iniciativa.
¡Así será mi voto condicionado! ¿Y el suyo, amigo lector?
El autor es presidente fundador del diario La Prensa
