Milagro de Navidad



Ojalá nos pasara a los panameños como a Ebenezer Scrooge en Cuento de Navidad: que se le aparezcan los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras para que algo de dentro nos mueva hacia una verdadera transformación y nos convierta en un milagro navideño, aunque tengo la sensación de que para nosotros no hay mucho margen de mejora, ni siquiera en un cuento, así lo escribiera el mismísimo Dickens.

Nuestras navidades pasadas y presentes se parecen mucho, apenas se notan cambios en los fantasmas. Dan el mismo miedo, cuestan igual, y ya les hemos perdido el respeto y ni siquiera tienen la capacidad de hacernos reflexionar: el hartazgo es tan grande que ya no tememos ni pensamos, total, parece que vivimos en el mismo subdesarrollo, solo que ahora nos oprimen de civil y antes de uniforme verde oliva.

El panorama de las navidades futuras se parece mucho a estas. Nos veremos con los mismos titulares, con los mismos problemas, los mismos empobrecidos, los mismos corruptos. Llevamos en la misma Navidad depauperada años, y nos seguimos comiendo el mismo cuento navideño sin final feliz ni milagro, con la banda sonora de Asalto navideño, con Héctor y Willy cantándonos La Murga, o el Gran Combo diciéndonos, clarividentes, “Tíralos pa’bajo que son un peligro arriba”, pero no escuchamos a los profetas de la salsa.

Ojalá esta sea la Navidad en la que de verdad tomemos conciencia de quienes somos y hacia dónde vamos. Deseo que bajo el árbol nos dejen el regalo de un mejor criterio, de más honestidad y menos cinismo. Que el Cristo que nace nos traiga paz y una verdadera transformación como sociedad. Necesitamos más que nunca de un milagro de Navidad.

¡Feliz Navidad! Que la única luz que de verdad puede iluminarnos el camino, nos guíe a la única salida posible de nuestra circunstancia: una renovación de nuestro carácter nacional que deje atrás y para siempre la corrupción y el juega vivo.

El autor es escritor.


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