Empieza un nuevo año y como es costumbre esto conlleva a muchos de nosotros proponer metas que en la mayoría de los casos dejamos de cumplir el año que recién termina. Bajar de peso, hacer dieta, ahorrar o viajar son algunas de las más frecuentes promesas que nos hacemos, pero en general todos establecemos un propósito para este nuevo año. En lo personal me propuse cuidar mi salud (ya son 60 años a cuestas) y desear bienestar para mi familia y amigos y que este nuevo año también le brinde a mi querida viejita mucha salud y años de vida para seguir disfrutando de su presencia. Pero las expectativas no solo se centran en lo que pueda traernos el 2025 en el plano personal sino también en lo que tiene preparado para nuestro país.
Y es que aunque soy un poco escéptico en lo que pueda hacer el gobierno del presidente Mulino en materia de educación, seguridad, desarrollo y sobre todo justicia en este 2025 no dejo de perder la fe y la esperanza que tendremos soluciones a los cientos de problemas que vivimos diariamente y que sus buenas decisiones sean para todos los panameños por igual y no para los mismos grupitos de siempre. Queremos un país con más bonanza y menos politiquería. Que los sobrecostos, la coima y el “que hay pa mi” sean cosa del pasado.
Ojala este año se establezcan las modificaciones necesarias que garanticen estabilidad en los sistemas de jubilación y pensiones de la Caja del Seguro Social pero que esto no signifique recargarle económicamente a los asegurados la solución al problema. Es frustrante saber que décadas de desidia de los gobiernos fueron los que provocaron la caída financiera de la primera institución de salud del país. Crisis que empezó en el gobierno militar donde golpearon la Caja como una piñata y sin que nadie resultara castigado por esto.
La tarea que tiene el gobierno para este año es titánica. No sirve cacarear austeridad cuando eso es lo que menos practica el gobierno y sus funcionarios. Escoltas, viáticos, choferes, autos, pago de celulares y otros beneficios que gozan muchos funcionarios de alto nivel mientras que a los demás se nos pide sacrificios. Por otro lado, si bien es cierto, el año empezó despidiendo a funcionarios “botellas” por la urgente necesidad de reducir la planilla estatal y ahorrar, no servirá de nada si esos mismos puestos serán ocupados por los nuevos miembros del gobierno entrante y de seguro premiados con jugosos salarios.
Tengo fe de que este año la justicia hará su trabajo. Que aquellos casos de corrupción que se han denunciado y los que nos ocasionan ruido en los oídos sean investigados de manera efectiva y rápida. Esto incluye a los representantes de corregimiento que hicieron fiesta con los fondos de la descentralización, alcaldes que evadieron la cuotas del seguro social porque así como se castiga y se lleva a juicio a los representantes de la empresas privadas, así mismo debe ser con estos funcionarios. Que los diputados acusados de diferentes delitos principalmente relacionados con drogas sean investigados y de resultar culpables sean llevados a juicio. Basta de fueros y privilegios y prueba idónea. Queremos justicia. Ojala este año se investigue para nuestra tranquilidad la gestión del contralor más polémico de nuestra historia, salpicado de cuestionamientos y acusaciones así como también se investiguen los cientos de escándalos del pasado gobierno como los respiradores, los auxilios económicos, los programas sociales como el vale digital, las bolsas de comida, el plan Panamá Solidario, la descentralización paralela y no menos importante la venta de terrenos nacionales en el interior del país a precios ínfimos beneficiando a diputados y adeptos al gobierno anterior. ( Debemos ir a Capira ).
El presidente Jose Raul Mulino tiene la oportunidad histórica de hacer las cosas bien, sin escándalos y dudas en su gestión. Que aprenda de los errores de sus antecesores y que gobierne de cara al pueblo y no para su partido y sus miembros. Comience a eliminar instituciones y secretarías que no benefician en nada al país y que solo traen mas gastos y mas planilla innecesarias. Elimine viáticos y beneficios a funcionarios que solamente con el sueldo que ganan les da para cubrir estos gastos como hacemos todos los mortales. Que su gobierno se distinga por la honestidad y transparencia y no por la percepción mayúscula de corrupción tal como se dio en el GobierNito.
Y no menos importante que para este año la Asamblea Nacional mejore su imagen tan cuestionada y con falta de credibilidad. Modificar el reglamento interno, eliminar las planillas brujas al igual que la gran cantidad de botellas que pululan por los pasillos, compra de diputados y sobre todo transparencia en su gestión no estaría mal y sería bien visto por los que hasta ahora vemos a la Asamblea como una cueva de bribones. Que el 2025 los ilumine para que hagan leyes a favor del pueblo. Nada de leyes absurdas que solo ponen en evidencia la clase de diputados con escasa materia gris que escogimos. Eliminen las prebendas de las que gozan que los hace ver como una élite privilegiada y que los aleja de la realidad que vivimos. Reduzcan los salarios astronómicos y el nepotismo reinante que existe en la Asamblea.
Tantas cosas que se pueden corregir en estos 365 días que empiezan a correr. El pueblo los mira y para bien o para mal les corresponde al gobierno brindarnos la esperanza de que este año sea de cambios positivos dejando atrás las malas prácticas de la que lamentablemente hemos vivido por años. Que la corrupción, los escándalos, los sobrecostos y el nepotismo sean cosas del pasado.
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