En su reciente visita a Panamá, en el marco de la celebración del Congreso Anual de Ejecutivos de Empresas, CADE, el reconocido politólogo chileno y director del centro de pensamiento Fundación para el Progreso, Axel Kaiser nos ilustró con una presentación enfocada en el Índice de Libertad Económica que produce el Instituto Fraser de Canadá, el cual mide anualmente a 165 países del mundo bajo una serie de parámetros y prepara un ranking de estos países. Kaiser también habló del gran salto que hubo en el mundo empezando con Inglaterra a mediados del siglo XVIII que la economista Deirdre McCloskey ha llamado “El gran enriquecimiento”, que sirvió de punto de partida de la riqueza que hoy día gozamos en toda la historia humana.
Los comentarios de Kaiser respecto al ranking de Panamá en el Índice de Libertad Económica nos llama a la reflexión en cuanto al futuro desarrollo económico y social de nuestro país en este año pre electoral. Al compararnos con los vecinos más cercanos como Costa Rica y Guatemala vemos cómo en el último ranking de 2022, Costa Rica ocupa la posición 29, seguida de Guatemala en la posición 31 y luego, en la posición 41, se encuentra Panamá, cayendo desde la posición 33 con respecto al año anterior de la medición de este índice.
El índice mide cerca de 45 categorías agrupadas dentro de cinco grandes áreas: el tamaño del gobierno, el sistema legal y derechos a la propiedad, el acceso a una moneda estable, la libertad de comerciar internacionalmente y las regulaciones, siendo estas a las empresas, al mercado crediticio y las regulaciones laborales.
La definición de cada área, según los autores del Índice, nos indica que:
Al tener más gobierno crece el gasto público, los impuestos y el control sobre las empresas, dando como resultados que las decisiones impuestas sustituyan a las decisiones de cada uno de los ciudadanos y vemos como la libertad económica se reduce.
La protección a la vida de las personas y la tenencia de su propiedad legítimamente obtenida es un elemento central para la libertad económica, siendo esta protección una de las funciones más importantes del gobierno.
La inflación erosiona el valor de los salarios y ahorros. Una moneda estable es entonces esencial para la protección de los activos de los ciudadanos. Cuando la inflación es alta y volátil, se le vuelve difícil al individuo poder planificar hacia el futuro y gozar de los productos de su esfuerzo.
La libertad para poder intercambiar bienes, en su entender más amplio, comprar, vender, contratar, es esencial para la prosperidad y la libertad económica de los países, libertad que se ve reducida cuando el intercambio entre naciones se ve afectado por barreras de entrada como altos impuestos, altos costos de transacciones u otras barreras que dificultan el libre tránsito de las mercancías.
Los gobiernos no solamente utilizan una serie de herramientas para limitar el derecho al libre intercambio, sino que también imponen regulaciones onerosas que limitan la obtención de crédito, la contratación o despido de personal, y la libertad para operar una empresa o formalizar tu emprendimiento, dificultando la generación de ingresos y empobreciendo a la población.
En el Panamá de 2023, con una tasa de informalidad por encima del 48%, niveles de subsidios que sobrepasan los $1,600,000,000 anuales, y una deuda arriba de 44 mil millones de dólares se ve muy difícil una mejora en las posiciones del índice, indicando esto, que la libertad económica que nos ha representado como país, esté en peligro.
El análisis del Índice ofrecido por Axel Kaiser, nos indica una clara tendencia de qué es lo que le pasa a un país cuando opta en una de dos direcciones: más gobierno o más libertad. Los cinco países o territorios más libres, según el índice, son Hong Kong, Singapur, Suiza, Nueva Zelanda y Dinamarca y los cinco países menos libres son Venezuela (de último en la posición 165), Sudán, Zimbabue, Siria y Argentina. Dos de los peores países en cuanto a libertad económica están en América Latina. El éxodo de los millones de venezolanos que buscan escapar de la miseria y la inflación argentina de más del 100% en el último año nos deben de servir de advertencia para saber escoger: más gobierno o más libertad.
El autor es director de la Fundación Libertad

