CULTURA POPULAR

La música de Pedro Altamiranda

La música de Pedro Altamiranda
Pedro Altamiranda tiene en su casa una colección de 12 mil 200 libros y mil 500 películas.


Cuando hablamos de la música del “Cantante del Pueblo”, lo asociamos siempre a carnavales, salsa, guaro y campana… bueno…, será porque son sus canciones más conocidas por las masas o porque son entonaciones tan importantes que disfruta el panameño, sin importar cuál sea su entorno o país de residencia.

Tomemos en cuenta que Pedrito empezó como un cantante incógnito, esperando su gran momento para darse a conocer. Ese suceso fue en el año 1979, específicamente en el Club Unión.

En esa presentación se pudo comprobar que teníamos a un artista único y que podía marcar una diferencia en la manera de escuchar música en Panamá, además de rescatar un ritmo olvidado y autóctono de la costa atlántica… el calipso.

Luego de grabar dos discos (1979 y 1980), estrictamente con raíces de este ritmo caribeño, en donde pudimos escuchar canciones picantes de vivencias propias y del diario vivir, críticas fuertes a la dictadura militar del general Torrijos y también vimos el lado serio de Pedrito, con canciones como Homenaje a mi Pueblo, la cual impactó de una manera increíble.

Esto dio a entender que Pedrito no sólo era compositor de canciones de jodedera, sino que contaba con una capacidad lírica para expresar su sentir y definir el más profundo de los sentimientos del panameño.

Llegó el año de 1981, en una década magistral para la música en todos los géneros. Pedro Altamiranda saca el genial álbum titulado ¡Con todo!, el cual viene siendo su primer disco de estudio, grabado curiosamente en ocho canales, con instrumentos musicales 100% manuales, sin ningún tipo de arreglo electrónico ni de sincronización. Se dice que los mejores álbumes se juzgan por la primera canción y sin más ni menos esta obra de arte arranca con Limpiabotas… una canción que, a mi juicio, tiene una de las mejores letras que ha salido de la pluma de un autor compositor panameño. Esto de salida indica el indudable valor musicológico que se ve reflejado desde el primer compás, con una salsa muy panameña y el relato muy profundo de un personaje olvidado por muchos.

Lo que vino después son una serie de canciones emblemáticas, que sirvieron como formación para que Pedrito se convirtiera en el trovador del pueblo y uno de los artistas más representativos de Panamá. Se dio cabida a que Pedrito diera una propuesta diferente con líricas geniales y atinadas a la situación gubernamental, política y social de los años 80, 90 y pasando el nuevo milenio. Tanto así que las mismas trascendieron a todas estas generaciones y aún son sonadas en emisoras locales, en la que sus locutores hacen énfasis en los mensajes picantes y subliminales que transmiten, como también del humor que causan.

Pedrito Altamiranda es sin duda un genio lírico con gran originalidad, que podría ayudar a mejorar la cultura y gusto musical a una generación que no conoce a cabalidad el significado de lo que es la composición, mensaje, uso correcto del doble sentido, lo cual está perdido en los supuestos compositores e intérpretes actuales.

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