Sí, es cierto. A medida que vas cumpliendo años, sales del rango laboral de algunos anuncios o vacantes de empleo. Es interesante pensar que se considere que la edad es un elemento que determina nuestra capacidad de hacer las cosas. En algunos casos, puede ser así, pero no es la norma predominante. Aún vemos a Robert De Niro, Anthony Hopkins y Meryl Streep, por mencionar algunos actores en la pantalla grande.
Recientemente, salí de un empleo como asalariada y la búsqueda de trabajo a partir de los 50 años se ha tornado muy retadora. Al principio me resistía a pensar que fuera por la edad, pero luego de varios meses, he llegado a la conclusión de lo siguiente:
1. Para algunos puestos laborales, la edad es importante.
2. Entre más edad tengas, el empleador deberá ajustar un salario más alto. Entre más joven es la persona, el empleador no se ve obligado a pagar más. A mayor experiencia, mejor salario. A menor experiencia, el salario no es tan competitivo.
3. La edad no define inteligencia, ni talentos. Es un número que sirve para estadísticas.
Las personas de 50 años en adelante inician a desaprender y aprender, sintiéndonos aún jóvenes, con motivación a seguir cumpliendo sueños y no quedarnos atrás ante la avalancha de constantes cambios.
Considero que contratar personas de más de 50 años tiene grandes beneficios: la experiencia y la posibilidad de ser mentores de más jóvenes; adaptabilidad y fidelidad; habilidades blandas, y mejor gestión de emociones, entre otros.
La madurez en la vida debe ser vista como un valor único y de gran ventaja para nuestra diaria convivencia. Poderte adaptar a diferentes entornos y dar lo mejor de ti ante nuevas situaciones es parte de la madurez con la que hoy disfrutas.
Cuando veo las vacantes donde ya mi edad no está dentro de los rangos, me pregunto, ¿será discriminación? Cada vez más la negativa de las empresas a contratar personas con más de 40 años es vista como una pérdida de talento, de conocimiento, del sentido común y tranquilidad. Si algo tiene la madurez es que las personas ven la vida y sus acontecimientos con más perspectiva, ejerciendo más sentido común y mostrando mayor madurez y control emocional.
Con la edad, las personas ganamos templanza, capacidad para gestionar con autodominio, capacidad para priorizar, alta capacidad de organización y planificación, habilidades altamente necesitadas y requeridas por la empresa.
Cada persona tiene potencial y talento, independientemente de su edad física. Considero que dejarlos excluidos después de cierta edad, por ejemplo, desde los 40 años, deja mucho que decir de la empresa. A menos que sea una organización que tenga que ver con la belleza física y aún así hay productos y servicios cosméticos para todas las edades.
Según una encuesta que leí en Linkedln, este es el porcentaje de probabilidades de contratación a medida que envejeces: menor de 25 años, 10.02%; de 26 – 35 años, 62.08%; de 36 – 40 años, 17.80%; de 41 – 45 años, 7.90%, y mayor de 46 años, 2.21%. La edad promedio de contratación: 32.84 años.
Ante estas dificultades en el mercado laboral para todos aquellos de más de 40 años, mi recomendación es que no dejen de aprender, actualizarse, atreverse, cambiar su rutina y valorar todo lo que pueden ofrecer, demostrándolo de manera diaria a sí mismos y a los que les rodean.
Podemos tener 50 años, pero nuestra edad mental es la de una persona apasionada con energía y motivación para seguir alcanzando sueños y proyectos tanto personales como profesionales, pero más aún seguir disfrutando la vida, sintiéndonos útiles y con un propósito por cumplir.
La autora es coordinadora educativa y escritora.