La seguridad social y el Órgano Judicial transitan una crisis profunda. Hay también problemas graves en educación, transporte, sector agrario y vigilancia policial. La economía se ha desacelerado notablemente, provocando incremento en desempleo y cierre de comercios. Deuda pública y costo de la vida andan por las nubes. La corrupción sigue inalterable. El Gobierno, empero, parece vivir en otro país. Salvo algunos aciertos en Cancillería (relaciones con China, diplomacia científica) y Minsa (campaña de vacunas, control de vectores), el balance ha sido bastante más negativo que positivo.
Renunció el Dr. Martiz. Un médico honrado y humanista. En ese puesto, sin embargo, tener buenas intenciones no basta. Se debe innovar y pisar callos a tutiplén. La junta directiva es inoperante, politizada y clientelar. Los gremios pelean por sus intereses, no por el bienestar del asegurado. Muchos trabajadores no tienen sentido de pertenencia y carecen de mística laboral. Mafias internas drenan recurcursos ilícitamente. Los distribuidores de medicamentos velan por su lucrativo negocio, no por la salud del paciente. La gestión anterior despidió a gente inservible, pero el Gobierno ordenó su restitución buscando silencio huelguista. Ese bálsamo transitorio se convirtió en veneno letal. La CSS está agonizando. Se requiere una inmensa reestructuración operativa y financiera (desligar jubilación de atención) para administración eficiente y salvación duradera.
La procuradora se emociona abriendo el telón, pero jamás lo cierra. Lleva varios espectáculos bochornosos. Ante presión, recurre a medios para ventilar temas jurídicos. La primera vez (Promotora Los Andes) acusó a demasiadas personas de vínculos con Odebrecht, irrespetando presunción de inocencia. Se comprobó, después, ausencia de fundamento en implicación de la mayoría. Posteriormente, reveló lo de Blue Apple con bombos y platillos. Aparte de excluir a individuos del PRD y panameñismo, hubo detención preventiva para unos cuantos CD de bajo perfil. En esa ocasión, alertó de amenazas proferidas por diversos grupos, aunque nunca divulgó identidad de los perpetradores. Todos seguimos aguardando la prometida lista de gente coimeada por la constructora brasileña. Recientemente, reveló conversación confidencial con magistrado. Pese a que es más fácil creerle a ella que al cantinflesco personaje, armar un video casero y montar un circo mediático no compete a la investidura de su cargo. Apeló, luego, al género del confidente como sinónimo de valentía e integridad, como si esos atributos tuvieran conexión con los escrotos, denigrando de paso a la mujer. Su estólido profesionalismo, compartido también por algunos fiscales, arriesga el destino de algunos casos con plausibles méritos judiciales. En vez de concentrarse en expedientes emblemáticos para colectar evidencia sólida, el MP se ha excedido en denuncias torpes y endebles, afectando honra de gente decente.
A juzgar por lo que vemos, pareciera que jueces corruptos enjuician a políticos corruptos por denuncias de querellantes corruptos, mientras diputados corruptos sepultan sus bazofias. Lo peor es presagiar impunidad para casi todos esos bribones. Cada batahola pretende hacer olvidar la anterior. Para llorar.