Así se titula el libro de cuentos (mención de honor en el Miró de 2005) de mi querido Moisés Pascual, excelente poeta, tipo divertido y buen conversador. Nos conocimos en una Feria del Libro y por allí tenemos fotos en la conferencia magistral que dictó Mario García Hudson, que nos divirtió e ilustró a partes iguales.
En su libro, Tokí, el pájaro narrador, traza brillantemente un retrato de todos. Te ríes, te emocionas y te ves bien perfilado en el pico de oro del cuentero y sus amigos tropicales. Un diluvio acompasa los relatos, enlazados por allí y por allá. Búsquenlo y léanlo, pero “Caballo y Cometa”, el que interesa a ahora, no está allí.
En el país de los pájaros aburridos, Panamá, alguien dice que ese caballo del cuento, interpretado en un mural por la artista Evalyyn Roan, es apocalíptico y produce muertes en Curundú. Alguien dice ver a la luz de ¿la Biblia? el mal en un dibujo. En fin, ya saben, que cuando el diablo no tiene nada que hacer, borra murales con supersticiones disfrazadas de religión.
¡Cuánto necesitamos una mejora de la comprensión lectora! Leer un cuento y dibujar un caballo en un mural no puede ser mal interpretado más que por personas con el entendimiento entenebrecido y tuerce biblias que oscurecen las palabras. Qué difícil es tratar con los devotos de la superchería, pero hay que hacerles frente.
Aquí tenemos otra prueba del mucho trabajo que tenemos que hacer, de la necesidad urgente de educación y cultura, de relaciones sanas con la fe. No podemos dejarnos en manos de los entusiastas de la ignorancia, que últimamente son legión y no hay quien los exorcise del ánimo de la sociedad.
“Lo esencial es invisible para los ojos”, repite para no olvidar las palabras del zorro el principito. Gracias Moisés por recordarnos que la patria, la verdadera, la pequeña, la única, es la infancia y eso es lo esencial, aunque muchos no lo vean.
El autor es escritor.