Panamá ha consolidado su posición como un hub logístico, financiero y comercial de relevancia global. Nuestra ubicación estratégica nos ha convertido en un punto clave del comercio internacional, con un ecosistema de servicios dinámico y resiliente. Pero el mundo cambia, y las economías que liderarán el futuro serán las que además de gestionar bien sus ventajas, también anticipen, innoven y transformen sus modelos productivos.
Como parte de la estrategia, el gobierno ha apostado por el fortalecimiento de las MiPyMEs a través de incentivos y financiamiento, pero la clave no es solo distribuir capital, sino invertir estratégicamente en modelos de negocio innovadores y regenerativos. En un momento donde la sostenibilidad es un estándar mínimo, Panamá tiene la oportunidad de ir más allá y consolidarse como un hub regional de innovación regenerativa, exportando conocimiento, tecnología y modelos empresariales con impacto global.
El concepto de los Cisnes Verdes (Green Swans), desarrollado por John Elkington, describe innovaciones que no solo generan rentabilidad, sino que transforman sistemas completos con impactos exponenciales en lo económico, social y ambiental. Mientras que los Cisnes Negros (Black Swans) representan eventos inesperados y disruptivos, los Cisnes Verdes son oportunidades que, bien canalizadas, pueden revolucionar industrias enteras. Panamá, con sus incentivos y su conectividad global, tiene el potencial de convertirse en el epicentro de estos nuevos modelos de negocio. Así como hemos liderado la logística en la región, podemos exportar innovación regenerativa y atraer inversión en industrias emergentes.
No partimos de cero. Panamá ya cuenta con uno de los ecosistemas de innovación más dinámicos de la región. Con iniciativas en tecnología, economía circular, biotecnología y digitalización, el país ha demostrado su capacidad para atraer talento, inversión y generar soluciones escalables. Sin embargo, para consolidar este liderazgo, la inversión debe enfocarse estratégicamente en transformar sectores clave y facilitar el acceso a capital inteligente. Esto implica dirigir recursos hacia tecnologías limpias, fomentar fondos de inversión específicos para modelos regenerativos y conectar startups y MiPyMEs con mercados globales.
Otros países de la región ya han comenzado a mover sus piezas en esta dirección. Colombia, por ejemplo, ha impulsado la inversión de impacto con fondos específicos para negocios sostenibles, mientras que México ha visto un crecimiento en startups de economía circular y tecnología regenerativa. Costa Rica, con su enfoque en sostenibilidad, ha demostrado que la integración de políticas ambientales con el desarrollo empresarial puede generar un ecosistema competitivo a nivel global. Panamá más que sumarse a esta tendencia, puede liderarla, aprovechando nuestra plataforma logística, financiera y nuestra posición como punto de conexión global para escalar estos modelos a nuevos mercados.
Mi visión es clara: en Panamá no esperamos a que las oportunidades lleguen; las creamos. Además de ser el puente del mundo, somos el origen de ideas transformadoras. Estamos en pleno blooming, impulsando modelos de negocio regenerativos y atrayendo inversión de impacto. Los Cisnes Verdes ya están emergiendo aquí: empresas que no solo generan crecimiento, sino que redefinen industrias enteras. Panamá tiene el potencial de liderar esta nueva era, más que como un hub de tránsito, como un referente en innovación regenerativa para la región y el mundo.
La autora es cofundadora de Bloom Innova - empresa miembro del centro de Innovación de Ciudad del Saber. Experta en sostenibilidad e innovación. Directora de Desarrollo Institucional y Comunicaciones de ANCON.
