El istmo de Panamá siempre ha sido la joya favorita para Estados Unidos. Ya son tres los mandatarios estadounidenses que colocan a Panamá en la mira de sus intereses políticos y económicos.
Desde 1846, cuando comenzó la relación entre ambas naciones, hemos tenido muchas controversias. Primero fue Richard Nixon, luego James Carter y ahora Donald Trump quienes han atentado contra la soberanía del istmo panameño y el canal.
En 1904 Estados Unidos inició la construcción del Canal de Panamá, luego de haber pagado 40 millones de dólares a Francia a cambio de todas las propiedades.
Sin embargo, Panamá pertenecía a Colombia, lo que afectaba el desarrollo de la obra, así que Estados Unidos ayudó a su independencia en 1903.
Debido a esto, Panamá acordó que le entregaría a Estados Unidos un área de 10 millas de ancho alrededor del Canal, para que ellos terminaran su construcción y se encargaran de su administración. Esta área fue conocida como la Zona del Canal y era como una extensión de Estados Unidos, pero dentro de Panamá.
En esta Zona solo ondeaba la bandera de Estados Unidos, lo cual generó el rechazo de los panameños, quienes empezaron a manifestarse en la denominada operación soberanía en 1958 y la siembra de banderas en 1959. La población intentó entrar con banderas panameñas a la Zona del Canal para reclamar la soberanía del área. Luego en 1964 durante 4 días más de 5 mil personas protestaron, más de 20 personas murieron y 500 resultaron heridas, marcando así el 9 de enero como el día de los mártires.
El presidente de Estados Unidos, Richard Nixon advirtió en 1973 que el Canal de Panamá y la Zona circundante era un problema por resolver. Reconoció que la operación del Canal y la presencia de Estados Unidos en Panamá estaban regidas por las cláusulas de un tratado firmado en 1903.
El entonces canciller de Panamá, Juan Antonio Tack, propuso ocho principios para lograr un nuevo acuerdo con Estados Unidos, uno de ellos “poner fin de la jurisdicción estadounidense sobre todo el territorio de Panamá”, lo que llevó el 7 de febrero de 1974, a la firma de los Acuerdos Tack-Kissinger.
En 1977 durante su campaña política, la posición inicial de James Carter fue que “… no abandonaría el control práctico de la Zona del Canal de Panamá en un futuro cercano”. Sin embargo, una vez asumió como presidente de Estados Unidos (1977-1980), decidió “dar prioridad absoluta a la rápida solución, mediante negociación bilateral, del problema del Canal de Panamá”.
Los gobiernos de los Estados Unidos y Panamá firmaron dos pactos: El Tratado Torrijos-Carter y el Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal de Panamá.
El Tratado Torrijos-Carter establece que el Canal y la Zona del Canal serían devueltos a Panamá el 31 de diciembre de 1999.
Así que los derechos que tenía Estados Unidos sobre la Zona del Canal se extinguieron. Mientras que el Tratado de Neutralidad es el régimen de libre tránsito, sin discriminación, para lograr que todas las naves, independientemente de su bandera, puedan atravesar el Canal de Panamá cumpliendo las mismas reglas y condiciones.
No obstante, el presidente norteamericano Donald Trump ha amenazado con retomar el control del Canal de Panamá, en medio de su estrategia internacional para contrarrestar a China. Argumentó la influencia del país asiático en las operaciones del Canal y el manejo de los puertos. “Lo queremos devuelta o lo tomaremos de vuelta”.
Como primer paso, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio se reunió con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino y visitó el Canal de Panamá, reiterando los intereses económicos y políticos de Estados Unidos.
Ahora el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, visitará en abril del 2025 Panamá, argumentando acuerdos de cooperación técnica para garantizar la seguridad y contrarrestar las amenazas hemisféricas, narco-terroristas y de migración irregular. ¿Será la justificación para ingresar tropas militares en el país?
La construcción del Canal le costó a Estados Unidos aproximadamente 387 millones de dólares en 1904.
Según Trump, ha sido una de las mayores inversiones de Estados Unidos fuera del país, por lo que le ocasiona pesar el hecho de no tener control sobre la ruta interoceánica.
La ampliación del Canal le costó a Panamá 5,450 millones de dólares y es operado eficientemente 24 horas al día, desde hace 25 años por más de 8,500 panameños.
¿Podrá Trump superar a sus antecesores Nixon y Carter? ¿Panamá mantendrá su soberanía? ¿Seguirá Panamá como la joya de la discordia entre Estados Unidos y China?
La autora es periodista y consultora de comunicación.