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Panamá: por una industria única en el mundo

Vivimos el renacimiento del poder ciudadano. Hemos logrado convertirnos en un país libre de minerías a cielo abierto. Ahora nos toca un impulso nuevo, un salto de calidad y acción para no sólo sustituir – sino superar – la contribución que representó la minería. Este optimismo tiene como base nuestra convicción moral de que tenemos el derecho y obligación de decidir sobre nuestro propio destino. Vayamos del atraso turístico a la vanguardia mundial del nuevo turismo del conocimiento.

La propuesta es que nuestra nación -que ha permanecido por largo tiempo al final de la cola del tren económico de mayor crecimiento y de mayor impacto social- inicie una tendencia mundial que pocos han visto, para dar un gran salto cualitativo y económico en turismo. Por medio de este gran salto nos convertiremos en la locomotora de un tren turísitico que cambia de rieles y toma una ruta nueva y distinta, con más amplio beneficio que el histórico de sol y playa, y con un objetivo superior que va mucho más allá del metálico y del simple oro verde. Se conoce como “turismo del conocimiento” y sería iniciado por Panamá, que tiene las únicas condiciones en el mundo para esta nueva industria, con todos y cada uno de los panameños a bordo.

¿En qué se fundamentaría? En el hecho de que las personas que viajan en la época actual quieren regresar a su hogar habiendo aprendido algo nuevo, sintiendo que el viaje aportó conocimiento, por lo que responden positivamente al concepto de la investigación científica que ofrece el destino que visitan.

¡Por supuesto que tenemos sol y playa abundantes, como lo tienen muchos países, y también nos sobra lo requerido por el turismo ecológico!... Pero estamos hablando de algo mucho más profundo y extenso. Para liderar mundialmente este nuevo enfoque, nuestro país tiene varias ventajas únicas: una de ellas es que no existe en el mundo otro país que hace tres millones de años unió dos continentes para convertirse en el puente de biodiversidad entre Norte y Sur América. Como consecuencia de este hecho:

  • Panamá cuenta con una enorme riqueza de biodiversidad y variedad de hábitat, y se compara con toda Europa en cuanto a especies de plantas florales:

  • Tiene más variedad de aves que toda América del Norte junta.

  • Panamá surgió como una barrera entre los océanos Pacífico y Atlántico, permitiendo que las especies fueran genéticamente diferentes,

  • Este hecho singular convierte a Panamá en un maravilloso experimento biológico y geológico,

  • Dos océanos diferentes bañan las costas de nuestro país, a una hora de distancia entre ellos… y hay más de centenares de islas a lo largo de nuestras costas.

La comprobación de esta realidad está avalada por la presencia en Panamá –desde hace décadas- de una de las instituciones científicas más ampliamente reconocidas del mundo: el Smithsonian Tropical Research Institute, con un cuerpo de cientos de científicos del mundo entero. El Smithsonian no está en Costa Rica, ni en Colombia, ni en República Dominicana… está en Panamá, porque en la ciencia de la biodiversidad Panamá es una región única de singular interés.

La otra gran ventaja que ofrece nuestro pequeño país es precisamente el hecho de servir de puente cultural del mundo. Tenemos la única Ciudad del Saber donde cambiamos armas por conocimiento y, además, tenemos hoy un Casco Antiguo (hasta hace poco conocido como Casco Viejo) con casi 40% de renovación, que ya cuenta con cuatro hoteles 5+ Estrellas. Lo único que falta es eliminar los vehículos, ofreciendo un transporte atractivo, eléctrico y permanente.

Junto a esto contamos con el Biomuseo, donde se muestra la historia de la creación del Istmo hace millones de años, primeros hechos que permitieron al homo sapiens caminar, lo cual sugiere que todo ser humano que reside en nuestro planeta ¡tiene un poquito de panameño.

En conclusión: nuestro producto es único y con poca competencia posible. Un producto para el turismo de alta calidad y, por ende, no destructivo, y con un objetivo superior: el desarrollo del conocimiento científico, cultural, de herencia ancestral y genealógica (heritage tourism). Igualmente, hay que tomar en cuenta que el conocimiento no es un recurso que se agota con el uso, sino todo lo contrario.

Nuestro mundialmente famoso Biomuseo debe ser el espacio lógico para lograr todas las alianzas necesarias, para ejecutar este novedoso plan.

A cada gran idea nueva le llega su momento.

El nuevo gobierno –sea cual fuere– debe desde el primer día lanzar nuestra industria única en el mundo: Turismo plus de conocimiento, con una nueva alianza privada/pública en toda la geografía nacional, con un presupuesto de promoción de $100 Millones al año (lo que gastan República Dominicana y otros), y ponernos en marcha ¡de inmediato!

El autor es presidente fundador de La Prensa.


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