El Silicon Valley Bank (SVB), el décimosexto banco más grande de Estados Unidos, se encuentra en el ojo del huracán tras su colapso. ¿Qué sucedió realmente para que esto ocurriera y qué podemos aprender nosotros?
El problema de SVB se dio por la subida de la tasa de interés del Sistema de la Reserva Federal (FED), el banco central de Estados Unidos. Para entrar en contexto: durante la pandemia, el FED tuvo que expandir la liquidez del mercado para evitar que la crisis de la pandemia se agravara. La expansión monetaria fue tanta que produjo una inflación en Estados Unidos que contagió a otros países, incluyendo Panamá. Como respuesta a esta inflación, el FED ha mantenido un aumento agresivo de la tasa de interés, lo que disminuyó los rendimientos de la cartera de bonos que poseía el SVB con el FED (los cuales fueron comprados cuando la tasa de interés era 0%). La cartera estaba arrojando rendimientos del 1.79%, mientras que el retorno del Tesoro de los Estados Unidos está arrojando retornos en 3.9% a 10 años, aproximadamente.
Ante esta situación, SVB anunció que había vendido una gran cantidad de títulos con pérdidas y aparte de esto también anunció que seguiría vendiendo $2,250 millones en nuevas acciones para subsanar sus finanzas. Esto produjo pánico en sus depositantes, quienes sacaron frenéticamente sus fondos, y desplomó en un 60% el valor de las acciones en SVB lo cual, por efecto contagio, afectó las acciones de otros bancos por el temor a que se repitiera otra crisis como la de 2008.
Ya el gobierno de Estados Unidos anunció que garantizará los fondos de los depositantes (pero no los de los accionistas ni de los inversores), para evitar que cunda el pánico. Ahora el FED tendrá que volver a inyectar liquidez para el salvamiento, echando para atrás gran parte de los esfuerzos que han ejecutado hasta ahora para disminuir la liquidez. ¿Qué nos queda de todo esto?
Este problema sirve para recordarle a todos aquellos que no se quieren destetar del Estado, que papá Estado se equivoca, y la historia me secunda cuando digo que lo hace bastante a menudo. No decimos que las medidas que ha llevado Estados Unidos hasta ahora estuvieron mal per se, decimos que si el Estado del país representante del capitalismo mete la pata, países en vías de desarrollo como los nuestros no tienen esperanza si dejan todo a manos del Estado. ¿Se imaginan la masa monstruosa de problemas que esto ocasionaría? Venezuela sirve de ejemplo. La población tuvo que empezar a dolarizarse informalmente para salir del hueco… irónico.
Todo esto se traduce para nosotros en dos cosas: ser conscientes que el pánico muchas veces es una reacción que crea un problema que no existe; si hoy sacáramos todos nuestros depósitos del sistema por puro miedo a lo que está pasando en el norte, colapsaría sin haber tenido un problema tan siquiera y todos quedaríamos perjudicados. Y que no debemos delegarle toda la responsabilidad al Estado de problemas a los que podemos aportar; el problema de la inflación es algo de lo que también somos responsables y que podemos atacar disminuyendo el consumo si tenemos mayor poder adquisitivo… pero sin ninguna medida obligatoria, simplemente decidiendo consumir lo importante en periodos de alta inestabilidad. Pero no están listos para esta conversación.
El autor es miembro de la Fundación Libertad, economista y estudiante de maestría en Análisis Económico en la QLU y la Universidad de Chile.

