El 16 y 18 de abril de 2024 en la sede de las Naciones Unidas, se celebrará el Foro Juvenil del Consejo Económico y Social (Ecosoc), una plataforma única que permite a la juventud global compartir propuestas e inquietudes sobre los retos que afectan a este grupo etario, ante los Estados miembros, organismos internacionales y sectores decisivos.
Este año, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que estará sobre las mesas de diálogo es el ODS 16: Paz, Justicia e Instituciones Sólidas. En este contexto, se destaca la Agenda de Juventud, Paz y Seguridad, con un rol fundamental: servir de guía para encaminar esfuerzos a nivel nacional, regional y global en pro de las juventudes, buscando así su involucramiento en la consolidación de la paz, basada en conocimientos y experiencias que trascienden la noción tradicional.
El 9 de diciembre de 2015, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emitió la Resolución 2250, donde se reconoce la importante y positiva contribución de las juventudes en los esfuerzos para mantener y promover La Paz, así como para la construcción de sociedades más justas e igualitarias, lo que sirvió para sentar las bases de la Agenda Global de Juventud, Paz y Seguridad.
La actual generación de jóvenes es la más grande antes vista. Como consecuencia, el bono demográfico y la participación de la juventud en la prevención y resolución de conflictos puede contribuir a resultados más duraderos y al logro de la prosperidad económica. Dos de los pilares que enmarcan la Agenda son la participación -a través de la inclusión de las juventudes y de sus perspectivas en los procesos de toma de decisiones- y la protección -a través del aseguramiento y protección de la vida y los derechos humanos de las juventudes-.
A la fecha, hay retos que dificultan la participación de las juventudes en los procesos de toma de decisiones y en la protección de sus derechos, como consecuencia de factores como la falta generalizada de acceso a una educación de calidad y a un empleo digno; la tendencia en la reducción de los espacios cívicos de participación; las barreras socioculturales y de acceso a financiamiento; la desconfianza de los jóvenes; y los impedimentos legales.
Aunado a lo anterior, existe una preocupante falta de datos que muestren la realidad y sirvan de guía para encaminar los esfuerzos en aras de abordar estos desafíos. Un reto coyuntural en un año electoral que viven las juventudes en Panamá es poder participar e involucrarse en los procesos políticos y electorales. Para evitar una inclusión superficial de las juventudes en estos procesos, es fundamental lograr una participación significativa con un involucramiento en todas las etapas, desde la formulación de políticas hasta su implementación, monitoreo y evaluación.
Un primer paso para abordar los retos antes mencionados es la recopilación y análisis de datos que guíen el desarrollo de políticas públicas basadas en evidencia, que den seguimiento a las iniciativas. Un segundo paso es la formulación de políticas con y por las juventudes, que respondan a sus necesidades, basadas en los derechos humanos, inclusivas, participativas, sensibles al género que no invisibilicen las distintas interseccionalidades que existen.
Se debe alentar activamente la participación de las juventudes, especialmente, en el marco de la Agenda de Juventud, Paz y Seguridad, que insta a los Estados a facilitar entornos inclusivos y propicios para que las juventudes sean reconocidas y reciban el respaldo necesario a fin de llevar a cabo actividades de prevención de la violencia, promoción de la cohesión social y de sociedades más justas.
Es intrínseco a ser joven tener la capacidad de innovar, usar la creatividad y explorar nuevas facetas. Se trata de una dinámica que proporciona experiencias, pero que también nos da, cómo juventud, la oportunidad de elevar nuestra voz para buscar y generar cambios que empiezan desde la incidencia comunitaria y que deben culminar en la formulación y monitoreo de políticas públicas, un aspecto que Jóvenes Unidos por la Educación ha potenciado a lo largo de los años. Cómo juventud, tenemos un potencial inmenso para compartir y hacer que Panamá y el mundo, sean más sostenibles e inclusivos.
Los autores son miembros de Jóvenes Unidos por la Educación.