MODELO EXCLUYENTE

¿Qué pasó con la renovación urbana?

Con la promesa de reestructurar la ciudad de Colón para establecer el puerto libre, el gobierno de Juan Carlos Varela está impulsando el “proyecto de renovación urbana con integración humana”. Lo rimbombante de la denominación, cuya pretensión fue siempre la de mostrar una imagen populista, invirtió los términos, pues la integración humana, por prioritaria, debió ser lo fundamental. Hay una equivocación y es que los gobernantes sienten que la realización de obras materiales es lo más importante, sin la debida consideración del factor humano, indispensable en todo proyecto.

La “renovación urbana de Colón”, que a la altura en que se encuentra no da muestras claras de éxito, se ha convertido en una maraña urbanística, desorganizando más la traumática ciudad que hoy se debate en la incertidumbre. Ni renovación a la vista ni integración humana, a menos que para el Gobierno lo sea con la incorporación de sectores de comportamientos raros, con la exclusión de otros con preparación y formación académica. La juventud que estudia y se esfuerza por abrirse paso, de manera decente y honrada, ni siquiera es parte de ese malogrado proyecto.

La sociedad colonense transita por su peor momento. Tal vez, entre todas las áreas de la actividad humana, las referidas a la cultura y a la educación sean las más afectadas. No es posible el desarrollo social con exclusión de ellas. De pronto, con el entendimiento de que se controla más, manteniendo la ignorancia, el Gobierno ha apostado al “pan y circo”, más que a la verdadera formación de un hombre que coadyuve con el medio en donde vive.

Mientras la violencia, la delincuencia, la inseguridad y la chabacanería ganan cada vez más espacio, la familia y la escuela se retrotraen siendo presas de un modelo excluyente, con “fines comerciales”, que en Colón sustenta el Gobierno porque es rentable a sus propósitos.

El Municipio de Colón debe explicar qué ha pasado y está pasando en la ciudad. El alcalde del distrito debe dar cuentas de lo que ocurre, porque esa es su responsabilidad. La intrascendencia con que ha desarrollado su gestión no sirve para un Colón que agoniza, y que hoy es concebido para los empresarios, porque el cuento del puerto libre como alternativa, lo es precisamente para ellos. Que informe el burgomaestre sobre la llamada “renovación urbana con integración humana”.

La municipalidad, como regente político del distrito, con su parte más importante y neurálgica (la ciudad de Colón), no puede ni debe seguir permitiendo el desbarajuste urbanístico al que ha sido sometida. Nadie conoce sobre el avance de las obras y lo que sí se percibe es el desorden permanente que le imposibilita al ciudadano común hacer su vida cotidiana.

El precio que está pagando el colonense por una “renovación sin integración humana”, es alto. Para el Gobierno, que la entiende como una dádiva, es el sacrificio que debe hacer –para su salvación– el hombre de Colón, supuestamente con el puerto libre, que debe resultar de todo esto.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Los combustibles bajarán de precio a partir de este viernes 12 de diciembre. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • Jubilados y pensionados: así será el pago del bono navideño y permanente. Leer más
  • Embajador de Estados Unidos toma el desayuno chino con la diputada Patsy Lee. Leer más
  • Contraloría inicia auditoría a fondos que transfirió el MEF a gobiernos locales en el gobierno de Mulino. Leer más
  • Estados Unidos incluye a Ramón Carretero Napolitano en la Lista Clinton. Leer más