Paternalismo y democracia



“Estos chiquillos que no habían nacido, que me salgan con estos argumentos, se ven que se están copiando del de al lado, tan sencillo como eso, no hay de otra. Y lo lamento, ah, lo lamento mucho. Porque una bancada de 20 tiene cómo hacerse sentir más allá de votar ‘no’ contra todo, pero bueno, cada quién busca en qué soga se ahorca”.

En 1993, Mulino, el chiquillo “solidario”, con 34 añitos, fundó un partido que en Panamá se tomó en serio. Con 47 primaveras, en 2006, formó otro, que también se tomó en serio, y que inició su “unión patriótica” con el designado corrupto, lo que le convirtió en ministro de Seguridad, quedando para la historia patria el chorizo y los perdigones. Seguro que en la intimidad él también afirma que “a mí no me hicieron con leche condensada”, convirtiéndose en un rofión que recuerda a tiranos y autócratas por los que muchos suspiran. Y no es falta de respeto, es repasar la hemeroteca.

Por otro lado, la política de “corazones rotos” de Eduardo Gaitán, demuestra que hace falta “taquillar” menos y ser más firmes. Estamos haciendo una política en Panamá muy mediática, todo mundo en redes exhibiendo lo que hace, comparecencias semanales estilo Todo por la patria: buscando ser transparentes se hacen omnipresentes (miren al alcalde ilustrado) y eso les resta tiempo para hacer lo que deben. Al final, el público se aburre y pide circo, lo que siempre es útil para los corruptos.

Vamos camino a una legislatura donde todo el mundo descubre que se perdió la plata y nadie denuncia: tenemos el Ministerio Público más débil en décadas, y un gobierneli que se acuesta con viejas ratas de vejiga suelta, exponiendo a El sabio de las Garzas (que no había nacido cuando se inventó la democracia) a que el viejo y conocido refrán se le revuelva y termine ahorcado en esa soga: “el que con vieja rata se acuesta, amanece meao”.

El autor es escritor.


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