La pandemia fue la excusa de Cortizo para el endeudamiento desmedido y elevado, que hoy supera el acumulado de las tres últimas administraciones anteriores juntas, colocándonos al borde de los $50 mil millones. Una cifra que casi duplica la deuda que a 2019 teníamos desde 1903. Además, incluyen la guerra de Ucrania en su lista de justificaciones.
Según el desgobierno actual, esta situación nos impidió concentrarnos en la solución de la caída del IVM, en asociación con la pérdida de capital político. Y para cerrar el círculo de la fantasía, resulta que, según el gobiernito, la pérdida de la mina fue culpa o negligencia de quienes la adversaron y, por consiguiente, la desaparición del grado de inversión es responsabilidad de quienes no quieren minería metálica a cielo abierto.
Porque resulta que, frente a la incapacidad, la ineficacia, la ineptitud y la corrupción, había que desviar la atención. Y la mejor manera era encontrar como salvador de la patria a la santa mina del gobiernito, ante su propia gastadera. Pero la Corte de hoy, misma en la que 6 magistrados de 9 fueron nombrados por Cortizo, encontró 25 vicios de inconstitucionalidad que tumbaron el contrato con Minera Panamá.
Es hora de que este gobierno fracasado, y ya en extinción, tome nota de una vez por todas que el contrato minero cae por culpa de su propia ineficiencia, incapacidad e inoperancia. Por elaborar, junto con la contraparte, un contrato maltrecho y cuya Corte, dominada por Cortizo, declara inconstitucional. Pero siguen tratando de justificarse hoy, echándole la culpa de la pérdida del grado de inversión a quienes se opusieron al contrato minero, qué desparpajo. Olvidándose del despilfarro ilimitado para pagar planillas brujas, subsidios infinitos y una descentralización fantasmal. Han sido 5 aparatosos años de una irresponsable gestión económica, que vincula el alto endeudamiento con un insostenible incremento en el tamaño del Estado.
La pérdida del grado de inversión venía, con o sin mina. Lo que le duele a este gobierno es que llega antes de las elecciones, con ellos en el poder. Porque de venir después, ejercerían el descaro político de culpar al nuevo gobernante. Pero esa excusa desapareció. Pronto termina el quinquenio de un gobierno inservible, el peor de todos o al menos, de la era democrática.
Tocándole al nuevo gobierno, cualquiera que sea, hacer todo lo que este deshizo o no hizo, a saber, despedir a todas las botellas, detener el crecimiento de la planilla estatal, suspender las jubilaciones especiales y los aumentos automáticos, eliminar las dietas a los funcionarios incluyendo municipios y gobiernos locales, descontinuar los porcentajes otorgados a los cónsules, limitar las planillas de los diputados, acabar con la entrega bruja de premios en la Lotería, incluyendo recuperar gorditos “ganados” a diestra y siniestra, desaparecer las contrataciones innecesarias, revisar los subsidios y frenar las consultorías inútiles.
Alrededor de $4 mil millones en recortes anuales, ha identificado el equipo económico del Movimiento Otro Camino (MOCA), para utilizar ese dinero en capital, inversiones, ahorro corriente y pago a proveedores y contratistas, como también ponernos al día en deudas que este gobierno no afronta, como lo es el Fondo de Ahorro de Panamá, reembolso a los bancos por beneficios fiscales de clientes, pagos adeudados a la CSS según lo establece la ley, reembolso a promotoras en viviendas de interés social, así como reversar la decadencia en el manejo de la basura, el agua, en la falta de aceras, en el deterioro de la movilidad y de la infraestructura pública y la necesidad en la terminación de proyectos relacionados con el bienestar social de las comunidades, incluyendo los ámbitos educativos, de salud y seguridad.
Cuando en 2010 Panamá es beneficiado con el grado de inversión, la minería significaba nada o casi nada. Y el grado se mantuvo entre positivo y estable, hasta que llega Cortizo. Cayendo por primera vez la perspectiva en negativa, en 2021, ante un despilfarro innecesario y sin precedentes, desde el mismo inicio del gobierno, antes de la pandemia.
Derroche que no solo se mantiene, sino que se eleva en el medio de la supuesta peste. Aprovechada por Cortizo además, para cerrar la empresa privada mientras el gobierno seguía tragando y gastando a manos llenas. Y frente a la peor caída del PIB en 2020 en la historia de la República desde 1903, en -17.9%, el gobierno pone todos los huevos en su santa mina y lo demás es historia. Hasta la ACP se prestó para el atraco, con la compra dudosa de tierras en $500 millones, como última posibilidad para evitar la debacle, pero fue inútil.
La pésima gestión financiera de la dupla Cortizo-Alexander, que incluyó argucias contables embaucadoras, y que posiblemente obligue a la justicia a tener que levantar expedientes contra ambos y otros cercanos funcionarios y colaboradores, es lo que generó la pérdida del grado de inversión; siendo la mina, sin duda, la última gota. Pero solo eso, una gota de cobre en una piscina de agua tan sucia, cual cloaca mugrienta y pestilente por exceso de demagogia, clientelismo, narcopolítica, corrupción y una perversa administración pública.
El autor es abogado y miembro de MOCA