Se entiende a la salud como una situación deseable de bienestar físico, mental y social que se logra - o no - en el seno del ambiente que relaciona a cada sociedad con su entorno natural. Visto así, el ambiente constituye el ámbito de interacción entre la salud, como producto del desarrollo humano, y la enfermedad y la muerte, como hechos naturales.
Esto hace del examen de esa interacción en el pasado y de sus expresiones en el presente, una valiosa fuente de experiencias para el análisis de los problemas de la salud pública en un mundo en crisis. De eso trata la pequeña gran obra Plagas y Pueblos (1976), del historiador William McNeill.
Allí, McNeill se propuso explorar “el sitio en perpetuo cambio de la humanidad en el equilibrio de la naturaleza”, a través de “los encuentros de la humanidad con las enfermedades infecciosas y las consecuencias de largo alcance que se produjeron cada vez que los contactos a través de la frontera de una enfermedad distinta permitieron que una infección invadiera una población carente de toda inmunidad contra sus estragos”.
Para ello, examinó las relaciones de coevolución entre nuestra especie y sus microparásitos a lo largo de un proceso, en el cual “la adaptación y la invención culturales disminuyeron la necesidad de un ajuste biológico a medios diversos, introduciendo así un factor fundamentalmente perturbador y continuamente cambiante en los equilibrios ecológicos que existían en todas las partes de la Tierra”. Desde allí abordó la interacción entre ese microparasitismo natural y el macroparasitismo social que se expresa en las relaciones de opresión y explotación de unos grupos humanos por otros a lo largo del proceso que llevó a la unificación microbiana de Eurasia y África, primero, y del mundo, después, a partir de la conquista europea de América.
McNeill nos mostró así que el estado general de salud de cada sociedad contribuye a modelar sus alternativas de relación con el mundo natural, con otras sociedades y con su propio futuro. Hoy, su libro sigue incitándonos a acudir a la historia en la tarea de hacer saludables nuestras relaciones sociales por lo sustentables que lleguen a ser las que mantenemos con el mundo natural.
El autor es doctor en estudios latinoamericanos e integrante de Ciencia en Panamá
