Entre las debilidades más graves de nuestro inoperante sistema de justicia se encuentra esta. El ejemplo más reciente fue el caso de Dulio Arrocha, 12 años para que al final prescriba el caso en el cual el exmagistrado fue investigado por falsificar el título, de la Universidad Nacional de Colombia, que lo acreditaba para ser abogado. ¿Qué esperanza albergamos de que se puedan resolver los casos más complejos como Odebrecht, Blue Apple o los mal llamados Panama papers?
¿De quién es la responsabilidad? Directamente de los jueces y fiscales, de nadie más. Deben ser investigados para determinar si fue por la demora de las audiencias o por la inacción en el manejo de los expedientes durante largos períodos de tiempo que un caso, sencillo como este, demorara 12 años sin ser resuelto.
¿Quién los controla o le pone el cascabel al gato? Se supone que el Tribunal de Integridad y Transparencia es el responsable de procesar las faltas administrativas. Ah, pero se me olvidaba que este no existe porque convenientemente no le han asignado el presupuesto (¡siempre encuentran otras prioridades!).
La falta de rendición de cuentas de los jueces produce la escandalosa mora judicial. Los juzgados están demorando mucho para procesar los casos y estos se van acumulando. ¿Por qué? Las audiencias son a menudo suspendidas por certificados médicos presentados por la defensa, falta de notificación a las partes y, recursos presentados, no resueltos. En plena era de la comunicación, el que los implicados o sus abogados no sean notificados es inadmisible.
Sobre los certificados médicos: ¿cuántos jueces verifican los certificados médicos que les presentan? o ¿cuántos médicos han sido sancionados por emitir un certificado médico falso? ¿Sancionaron a la Dra. Rognoni, quien emitió un certificado médico sin haber siquiera visto al exmagistrado y hoy condenado Moncada Luna, cuando este debía presentarse a la Asamblea Nacional? ¡No!
Aparte de los cuestionables certificados médicos, están los recursos presentados ante la Corte Suprema de Justicia. Estos recursos demoran meses y hasta años sin que se resuelvan, mientras que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia viajan para inaugurar un nuevo edificio en Boquete o se van a tomar un curso en el extranjero.
¿Cuál es la consecuencia directa de lo anterior? La prescripción de los casos; es decir, que los que delinquieron, robándonos, traficando influencias e incluso causaron un daño a la integridad de personas y hasta de poblaciones enteras, queden libres, usufructuando de los beneficios económicos que les pertenecían a los ciudadanos.
La silla está vacía, no hay liderazgo en el Órgano Judicial, nadie se hace responsable de la omisión, y seguirán escudándose detrás de la falta de presupuesto, que es real-- la justicia siempre es la Cenicienta del presupuesto. Pero hay decisiones que no cuestan dinero, hay decisiones que solo requieren de voluntad y compromiso con la justicia y de la ética y la moral de quienes la imparten.
No, aunque quisiéramos, no podemos “cerrar ese ventorrillo”, la justicia es la principal responsabilidad del Estado, y para eso existe el Órgano Judicial. Los ciudadanos exigimos que los magistrados tomen las decisiones y actúen por encima de sus evidentes debilidades, pero, si no están dispuestos o capacitados para hacerlo, deben presentar su renuncia. #JusticiaORenuncia
La autora es miembro de Movin