Actualmente estamos en un estado de ingobernabilidad democrática, pues ya salió a la superficie el capo del Cartel de las Sanguijuelas mostrando el poderío del gobierno paralelo y en confrontación abierta contra todo el mundo, ya sean jubilados, funcionarios o ciudadanos y fomentando el caos para lograr su propósito, que posiblemente sea salir en libertad antes de fin de año.
Presidente, nos imaginamos que le están pasando las cuentas de esos acuerdos de kilombo preelectorales que hizo para lograr el puesto que hoy ocupa y los allegados que de una u otra forma le “sugirieron” por no decir negociados y que forman no solo parte de su Gabinete, sino que están nombrados por todos lados. Pareciera que usted se acostó con el diablo y no solo vendió su alma, sino que también empeñó la de todos los panameños, incluyendo a la mayoría que no votó por usted.
Usted habla de las necesidades de las reformas a la Caja del Seguro Social (CSS) de una forma contundente y autoritaria y simplemente los del Cartel de las Sanguijuelas lo plancharon confrontándolo abiertamente y desautorizarlo públicamente al decirle que ¡las reformas no van! Entonces, de “mero macho” pasó a “mero micho”. No habrá ley alguna que se apruebe sin el consentimiento del Cartel de las Sanguijuelas y ya lo vimos en el absurdo presupuesto que aprobaron para el 2025. Dicho de otra forma, el gobierno paralelo lo tiene dominado. Ya ni el Contralor saliente le hace caso, pues en lugar de contener los gastos, lo que hizo burdamente fue aumentarle los salarios a ciertos funcionarios para que recibieran el nuevo año bien acomodados, y de seguro esas partidas no están incluidas en el presupuesto. ¡Que viva el desorden!
El Presidente dice que “nos la jugamos todos, Asamblea y Ejecutivo”, pero parece no haberse dado cuenta que él está fuera del juego, ya que el capo del Cartel de las Sanguijuelas lo sacó y lo respaldan con las políticas destructivas tradicionales que suelen aplicar. Para muestra, ya salieron a trancar las calles los angelitos de la construcción y la fortaleza del gobierno paralelo crea tensión y ansiedad en toda la ciudadanía. Los que estamos perdiendo en este juego son los jubilados, los jóvenes y los contribuyentes. Es un hecho que ni al Estado ni al gobierno paralelo les interesa crear y fomentar un clima de paz y sosiego que mitigue esa situación en que estamos viviendo. Ahora parece que los dos “gobernantes”, como dicen en inglés, están en un “pissing contest” compitiendo para ver quién orina más lejos.
Estamos rumbo al desastre financiero, y eso se debe a usted y a su probada falta de gobernabilidad. El gobierno paralelo lo tiene acorralado, pues fue quien le aportó capital político. Ya no puede recurrir a las excusas tradicionales de culpar a gobiernos anteriores por el caos financiero. No han tomado medidas concretas para reducir el tamaño del Estado y, en lugar de ello, siguen pidiendo dinero prestado para cubrir gastos, elevando la deuda pública sin piedad. ¿O acaso no lo confirma el Contralor saliente?
Nadie parece sentirse responsable de las bajas calificaciones que continúan otorgándonos las agencias de riesgo. Usted será el único responsable si Panamá pierde el grado de inversión. Entonces, ¿fue su gobierno o el gobierno paralelo quien aprobó el ficticio presupuesto de 2025? Un presupuesto que no refleja austeridad ni una verdadera relación entre ingresos y gastos.
El debate sobre los sacrificios económicos que debe asumir el Estado para sustentar los aportes a la Caja de Seguro Social y las reformas necesarias ha quedado en segundo plano. En su lugar, lo que enfrentamos es una gobernabilidad confusa y dañina. Preguntémonos: ¿nos esperan cuatro años y medio más de esta zozobra, o el presidente actuará con contundencia para contrarrestar las influencias del capo y su Cartel de las Sanguijuelas?
Por último, aludiendo al juego infantil de la silla: Usted anda por Sevilla y está perdiendo la silla. ¿Acaso no se ha dado cuenta del “hotel” en Punta Coco, con celdas listas para recibir al asilado, permitiéndole cumplir su condena sin influencias externas y sin causar más zozobra? Este podría ser un gran regalo para la ciudadanía. Pero ¡Alerta Ciudadana!: que no nos sorprenda una inocente mariposa como noticia del día.
El autor es ciudadano.