Para mantener una reflexión serena sobre el tema de educación sexual en Panamá, debemos tratar de entender lo que nuestros interlocutores, y quienes se oponen a nuestros planteamientos, nos quieren decir. Para mantener el marco profesional y científico de la reflexión bioética, no debemos perder tiempo tratando de descalificar al otro. Nuestro deber es cuestionar, con curiosidad, para entender y procurar, con exquisita humildad, que el otro nos entienda. Esa es nuestra fortaleza, por muy agotados que nos tenga el debate.
Todos estamos de acuerdo en la necesidad de aplicar un programa de educación sexual. No importa cuál sea nuestra línea de pensamiento, hay un acuerdo, casi total, no solo en la necesidad, sino en la urgencia de esta educación. Hay miles de personas serias que miran, con suspicacia y desconfianza, las guías de educación sexual. También hay miles de personas serias que las observan con esperanza y confianza.
Un tema de auténtica polémica es nuestra concepción del término “género”. ¿Qué entendemos por género? ¿Teoría o ideología? Al respecto se debe evitar la manipulación del lenguaje. Hay una amplísima gama de concepciones sobre feminismo y género, desde las más radicales hasta el concepto humanista de respeto a la dignidad de la persona humana, de igualdad de derechos y oportunidades, y de libertad para hacer nuestra biografía, que pienso es el marco conceptual que desea el Ministerio de Educación (Meduca). Pero la diversidad de orígenes del feminismo indica la variedad de corrientes que se encuentra dentro de este movimiento cultural, y lo que queremos significar con la palabra género.
Las guías, en el apartado 3.2.2, dan su definición de género: “El género es una construcción sociocultural, que define cuáles son las cualidades, atributos y modos de comportamiento estipulados para el hombre y para la mujer, a partir de los cuales se educa a las nuevas generaciones y se forma su sexualidad. En otras palabras, el género representa el patrón ideal de feminidad y masculinidad inherente a cada época y contexto sociocultural”.
Citó ahora un extracto del libro Historia de las ideas contemporáneas, de Mariano Fazio: “Según muchos autores de la ideología del género, se deben abolir las diferencias entre los sexos: masculinidad y femineidad no tienen ningún papel natural específico. De aquí se deriva que términos como familia, maternidad, procreación, heterosexualidad, no tienen referencias naturales, sino que son solo productos culturales ‘biologizados”.
Al leer las guías de Meduca de primaria se constata la repetición, innumerables veces, del concepto y la palabra género y quedamos expuestos desde los conceptos más blandos a los más radicales. Yo veo la urgente necesidad de eliminar todo lo que tiene que ver con la palabra género y dejar el concepto aceptado por la mayoría, que es la igualdad de derechos y oportunidades –sin importar nuestro sexo– y el respeto al rol y responsabilidades que adoptemos... pero se hablaría de feminidad y masculinidad. No queda ningún malentendido en lo que deseamos y esperamos.
Adjunto el siguiente pensamiento sacado del libro Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identitity, de Judith Butler, conocida feminista radical y con miles de seguidores. “El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es ni resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo... Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia, hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino, como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino”.
Estoy seguro que este no es el concepto de género que tenemos en mente o nos gustaría que se aplicara en las guías. En las guías del Meduca de primaria se utiliza hasta la saciedad la palabra género, abriendo la innecesaria polémica y atrasando la implementación de la educación sexual en nuestras escuelas.
Las únicas guías y talleres que he leído, hasta el momento, son las de primaria. Me atrevo decir que al menos estas son riquísimas y que muestran un extraordinario trabajo de equipo, pero requieren revisiones, y hechos los cambios adecuados, podrían servir de mucho para la educación y formación de nuestros niños.
