Los datos personales están de moda en Panamá desde la polémica captación de datos personales por parte de una propiedad horizontal (PH), hasta la sonada decisión de la entidad reguladora sobre un medio de comunicación digital, no hay otro momento en la historia donde la población panameña se haya interesado más en los datos personales.
Panamá cuenta con una norma de protección de datos personales desde el 2019, la cual permite al ciudadano el ejercicio de sus libertades y derechos para proteger la privacidad de sus datos. La discusión de la misma duró algunos años, hasta ser promulgada para entrar en vigencia dos años después, dando tiempo suficiente para que la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (ANTAI) le diera amplia difusión y educación a la población, cuestión que nunca llegó con el ímpetu que se esperaba. Lo cierto es que la discusión mediática, y los foros de redes sociales le han dado una publicidad a la ley, que ni la mejor agencia de publicidad hubiera podido darle.
Curioso es saber que muchas cosas sucedieron en el camino. Un cambio de gobierno, el poco presupuesto asignado a la entidad reguladora, la falta de un extenso equipo experto en datos personales en la entidad (son solo cuatro funcionarios), o la multiplicidad de facultades que tiene la entidad (desde transparencia hasta protección de datos, pasando por acceso a la información, gobierno y datos abiertos).
Cualquiera sean las razones, la ley posterior a su entrada en vigencia se encontraba sin rumbo. No existía reglamentación y tampoco se tenía claro si ANTAI debía decidir en procesos relacionados a sectores especiales, como la banca y los seguros. La respuesta nos llegó del señor Procurador de la Administración, quien manifestó que cada sector debía atender las consultas y recursos de datos personales, antes de ser atendidos por ANTAI.
Quiero dejar claro que la ley dista de ser perfecta. Como cualquier regulación, está pendiente de reformas y mejoras continuas. Detalles como la extraterritorialidad para proteger los datos personales de los panameños en otras jurisdicciones, la aplicación de multas no calibradas según la ganancia anual de la empresa, o la falta de participación de la sociedad civil y otros gremios en el Consejo de Protección de Datos.
Sin embargo, hay cosas positivas desde la entrada en vigencia de la ley. Personalmente presenté hace meses una denuncia por mal manejo de mis datos personales por una empresa que llamó a mi teléfono personal mediante un sistema aleatorio de llamadas para ofrecer paquetes funerarios. La ANTAI consideró que al recabar y tratar mi número celular sin mi consentimiento, violaron el principio de licitud y lealtad al no poder demostrar tener mi consentimiento para ello por lo que multó a la empresa basados en el grado de intencionalidad de la acción. El proceso de denuncia es bastante sencillo, puede enviarse por correo electrónico o llevarse físicamente a la ANTAI un documento simple que explica la situación y anexar pruebas.
Cualquiera que sea nuestra posición sobre la ley y la autoridad reguladora, lo cierto es que la norma es un avance de una deuda histórica. Ojalá la moda de los datos personales no sea fugaz, sino que sea parte de nuestra cultura nacional, posicionando los datos personales en la mente de todos los panameños.
El autor es amigo de la Fundación Libertad.