En la reunión de septiembre pasado, la FED implementó su primer recorte de tasas de interés de referencia en más de cuatro años. En esta ocasión, se redujeron en 50 puntos básicos las tasas para los préstamos intradía que se ejecutan con los fondos de la FED, recorte que resultó ser el doble de lo que el mercado anticipaba.
Este superrecorte reflejó tanto la preocupación por evitar un deterioro en la economía que pudiera desacelerar el mercado laboral, como la confianza en que los niveles de inflación estuvieran cediendo de manera que se acercaran a la tasa objetivo de 2.0% en el corto plazo.
Semanas después del anuncio del ajuste, se publicaron las actas de dicha reunión, lo cual evidenció la divergencia que existía entre los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la FED en cuanto al tamaño del recorte, pues algunos favorecían el de 25BP’s pues no había suficiente evidencia de un deterioro en el mercado laboral ni en el control de la inflación.
En este sentido, los datos del mercado laboral publicados posteriormente a la reunión del 17 de septiembre refuerzan la hipótesis de que el mercado laboral no está tan débil. En septiembre, la nómina de empleo no agrícola aumentó en 254,000 y la tasa de desempleo fue de 4.1%, menos de lo esperado por los analistas y una de las menores tasas de desempleo de los últimos años.
La inflación interanual a septiembre fue de 2.4%, lo que fue considerado por el mercado como señal de que, aunque la inflación comience a disminuir lentamente, aún no está bajo control, sobre todo si las mayores disminuciones provienen de la caída en los precios de la gasolina y la energía. Esta reducción es reflejo de una mayor oferta de petróleo a nivel global, lo cual podría revertirse si se materializan algunos riesgos geopolíticos tras las crecientes tensiones entre Israel e Irán. Mientras tanto, la inflación excluyendo energía y alimentos creció 3.3% interanual, superior a la de agosto (3.2%).
La inflación continúa afectando al bolsillo de los consumidores. De hecho, el último reporte del índice de confianza del consumidor elaborado por la Universidad de Michigan indica una reducción, al pasar de 70.1 en septiembre a 68.9 en octubre, derivado esencialmente de la frustración por los precios altos.
Con estos datos, el mercado considera que los próximos recortes de la FED podrían ser más moderados, distribuyendo la disminución de 50BPs durante las dos últimas reuniones del año, cerrando en 4.25%-4.50% su tasa objetivo.
En cuanto al mercado de bonos, este panorama de incertidumbre ha provocado que los inversionistas requieran un mayor rendimiento en el largo plazo de la curva de los bonos del Tesoro estadounidense, mientras que, en el corto plazo, los rendimientos se ubican a la baja al descontar el recorte de 50BPs.
En el mercado accionario, aunque expectante por la definición de la tasa de referencia, los buenos resultados empresariales y una tasa de descuento más baja mantendrán su tendencia positiva.
El autor es financista.
