El martes de esta semana se inauguró el Museo de la Libertad y los Derechos Humanos, en su primera etapa del pabellón Igualdad.
Este museo fue idea de la periodista y abogada Betty Brannan Jaén, quien describió su idea en un artículo de opinión escrito cuando ejercía como corresponsal especial de La Prensa en la ciudad de Washington, D.C., a mediados de 2009. Nuestro hijo mayor, I. Roberto Eisenmann Vallarino, recogió el guante y junto a un grupo de distinguidos ciudadanos formó una fundación, viajó a otros países a visitar museos dedicados a este tema y logró que el gobierno de ese momento cediera el terreno de Amador. Subsiguientes presidentes de la fundación lograron donaciones privadas y del Estado en este quinquenio. El arquitecto Ignacio Mallol T. donó los planos y se inició el proyecto nacido de la idea de Betty. Hoy, en toda justicia, Betty preside la fundación y le ha tocado su inauguración.
La junta directiva actual la conforman Betty Brannan Jaén, Pedro E. Fábrega, Raúl A. Morales R., José Ramón Icaza C., Moisés Cohen M., I. Roberto Eisenmann V., Ricardo González De Mena, Félix M. Motta S., Maricarmen Plata de Royo y Daniel R. Pichel P. Además de ellos, entre los ciudadanos involucrados en este proyecto de Estado han participado Anabella G. de Rubinoff, Roberto Brenes P., Enrique A. De Obarrio De la Guardia, Irvin HalmanB., Horacio Icaza A., Isabel de Saint Malo de Alvarado, Aurelio Barría M., Nadhji Arjona A. y Manuel A. Cambra G.
Mi abrazo de ciudadano agradecido a todos y cada uno por este magnífico proyecto de Estado, que hace honor al amor por la libertad y el respeto a los derechos humanos propios de nuestro país y su pueblo.
Al día siguiente, miércoles, se inauguró - ya completo - el Biomuseo diseñado por el famoso arquitecto de categoría mundial Frank Ghery. La relación con Ghery data desde el gobierno de Ernesto Pérez Balladares. El proyecto se inició en el gobierno de Mireya Moscoso y se construyó durante los gobiernos de Martín Torrijos y Ricardo Martinelli, y se inaugura ahora con el de Juan Carlos Varela. Fueron cinco gobiernos para lograr este gran proyecto de Estado que es un ícono nacional dedicado a mostrar cómo la emergencia del istmo de Panamá, al conectar a Norte y Sur América, dividir los océanos y cambiar las corrientes y el clima de África, contribuyó al desarrollo del Homo Sapiens. Por esta razón, no importa de cuál parte del planeta vienes, ¡tienes un poquito de panameño!
Como instrumento de educación, el Biomuseo ha sido formidable, y su programa educativo para las escuelas públicas de todo el país constituye su más eficaz y emotivo programa permanente. Los muchachos no solo vienen a conocer y aprender, sino que cuentan con una preparación previa, de manera que su visita es una de descubrimiento que acrecienta no solo su deseo de conservar la naturaleza sino su orgullo por su país. Ya el museo ha recibido 594 mil 713 visitas, de las cuales 205 mil 359 son de turistas, 273 mil 613 de nacionales y, además, 115 mil 741 de estudiantes.
Este proyecto fue iniciado por nuestro primo Dr. Rodrigo Eisenmann, quien contó con la importante contribución del recordado Kaiser Bazán, al igual que con la de Pilar Arosemena de Alemán, quien también lo presidió, al igual que Andy Ferrer, Jorge Sánchez y Juan Carlos Fábrega, quien desde 2017 preside el museo que se inauguró el miércoles ya con todas sus fases completas.
Son dos museos de Estado, ideados y construidos por fundaciones formadas gracias a la acción de ciudadanos con agenda de país. ¡Así se hace patria!
El autor es fundador del diario ‘La Prensa’