Ricardo Alberto



El pasado 31 de marzo, los presidentes de los diferentes partidos políticos fueron a un acto público del Tribunal Electoral para la firma de un pacto ético digital, que tradicionalmente se hace antes de iniciar las campañas electorales, con el fin de “crear un clima de confianza seguridad y transparencia, en el que impere el respeto y la dignidad de las personas de cara a las elecciones generales”, como lo señalan en su página web.

Por eso, desde hace un tiempo, los encargados de organizar las elecciones generales lo realizan, para tener tranquilidad y respeto, aunque nunca han faltado, de forma anónima, las campañas sucias que algún desconocido hace, sin lograr la captura de algún sospechoso.

Lo trascendental de ese momento no duró ni un minuto. La frase de intercambio que hizo el presidente de Otro Camino con el señor de RM se disparó en las redes sociales como bombita por días, recibiendo ataques fuertes a la figura del señor Lombana, al decir, “creo que ambos queremos lo mejor para este país”.

Como panameños, sabemos que la gente no pierde el tiempo para aprovechar una oportunidad como esa, para atacar o divulgar la información, que puede ser usada por los que se sienten amenazados con las aspiraciones de Lombana.

Digo atacar, porque no solo se hizo viral, sino también una forma de destruir al candidato que, hasta el momento, ha sido uno de los pocos que le ha declarado una guerra a la corrupción y ha presentado recursos legales distintos para conocer los manejos oscuros de nuestra democracia, que violan de forma tajante la transparencia, como la forma en que se negoció Panama Ports y las cartas de recomendaciones de los diputados para nombramientos en la CSS y terminaron ocultando y sellando la información que debería estar disponible y ningún otro candidato ha hecho algo similar para combatir la corrupción, excepto ciertos abogados independientes.

En efecto, fue notorio que su frase incluyente de “queremos lo mejor” no fue bien vista, pero el resultado de esa “frase” ha tomado un giro como un “error” grave e imperdonable para algunos, con emociones fuertes. Incluyendo comentarios hirientes de “otro igual que el corrupto”, entre tantos destructivos al aspirante.

Ningún panameño puede perder el sueño de lograr un país lejos de la corrupción y Lombana podría ser la piedra en el zapato, como lo es también Juan Diego Vásquez y los otros diputados independientes. Foco ha desarrollado una extensa tarea de denunciar la corrupción y como medio digital, a mi modo de ver, no desaprovechó un momento que le daría más seguidores.

La corrupción es un pan de cada de día en este país hace años y sería ideal combatir este flagelo con hechos para despertar a la ciudadanía y sobre todo a la juventud que pronto serán votantes, que conozcan quién es quién en este país. Sigan esa línea, Foco, de denunciar a la corrupción y a los corruptos.

La corrupción y la incapacidad se mezclan en la política de muchos gobiernos que están dejando sin recursos a este país. Llamarse Ricardo Alberto no es un delito y quizá el momento se prestó para ser cortés y diplomático, pero no es lo mismo ni se escribe igual con los hechos. Hay muchas diferencias, más que similitudes, que no eran propicias en el momento resaltarlas, que algunos han querido usarlo para invalidar al candidato de Moca, sin tener la oportunidad de dirigir un gobierno.

Mucho partidos tradicionales están invadidos de distintas personas, entre buena gente, corruptos y con ambiciones desmedidas, que no han perdido su vigencia, a pesar de contar con escándalos millonarios. No quiero pensar en el masoquismo de algunos que se inclinan por esos partidos que no nos van ofrecer nada y continuaran iguales, respondiendo a sus interés personales.

De igual forma, el candidato Lombana surgió de una candidatura independiente y este es el momento para que los candidatos independientes que han demostrado interés en trabajar para el país, como Juan Diego y su equipo, puedan aliarse en este proyecto anticorrupción. Jóvenes y no tan jóvenes, mujeres y hombres, de todas las razas que formamos este país, hagamos el cambio con nuestros votos y ya no más candidatos tradicionales.

El autor es magíster en salud pública y postgrado en alta gerencia


LAS MÁS LEÍDAS