Ricky Henderson (q.e.p.d.)



A veces pienso que cuando se comenta con cierta frecuencia sobre la desaparición de estrellas del pasado de nuestro deporte favorito, pareciera que nuestra columna se especializa en ese tema. Pero no, mis estimados lectores, pues cuando una estrella del pasado muere, lo menos que debemos hacer es escribir sobre su vida y logros y así rendirle homenaje a seres que elevaron la calidad del béisbol.

Henderson, que jugó en las mayores durante las últimas dos décadas del siglo XX y los primeros tres años del XXI, se caracterizó por ser un pelotero de cinco herramientas, y en mi humilde opinión, uno de los mejores de su época, sino el mejor. Henderson, nació en Chicago el 25 de diciembre de 1958 y subió a las Grandes Ligas en el año 1979. Jugó con los Atléticos de Oakland los primeros seis años de su ilustre carrera en las mayores. Nuestro héroe de hoy jugó veinticuatro temporadas en las Grandes Ligas, de las cuales catorce fueron con Oakland y cuatro con los Yankees de Nueva York. También jugó con Toronto, San Diego, Seattle, New York Mets, Boston y Dodgers, en algunos casos temporadas completas y en otros, porciones de ellas. Siempre fue difícil entender como un pelotero tan valioso no pudiera establecerse en forma definitiva en un solo equipo.

Henderson jugó un total de 3,081 partidos, en los que bateó para .279, conectó 3,055 imparables, anotó 2,295 carreras, logró 297 cuadrangulares, impulsó 1,115 carreras y se robó 1,406 bases. Tenía la particularidad de batear a la derecha y tirar a la izquierda, algo pocas veces visto entre los jugadores.

Henderson, un extraordinario pelotero, que jugó con un número plural de equipos, impuso un récord de bases robadas en las mayores de 1,406 y con eso rompió el récord anterior que estaba en manos de Lou Brock de los Cardenales de St. Louis, quien tenía el máximo de 938. Para robar bases en las Grandes Ligas es necesario ser rápido, ágil, hábil, fuerte físicamente y tener gran inteligencia. A no dudarlo, Rickey Nelson Henley Henderson tenía todos esos atributos. En el béisbol moderno los robos de bases parecieran perder importancia ante el bateo de fuerza, por lo que nos parece que el récord de bases robadas de Henderson se mantendrá incólume por muchos años.

Finalmente, este grandioso pelotero, que nació en Chicago en el asiento trasero de un auto, jugó en las mayores durante veinticuatro años y fue merecedor de todos los honores posibles. Desde miembro del Salón de la Fama, hasta ser el MVP de la Liga Americana, tenedor del récord de bases robadas, etc. Su personalidad era extravagante, excéntrica, pero a no dudarlo, una valiosa unidad para el equipo que lo tuviera en su nómina. Su estilo de juego lo mantenía como uno de los favoritos de los fanáticos.

Rickey, a quien sus compañeros apodaban “the man of steal” entregó su alma al Creador el 20 de diciembre de 2024, debido a una neumonía agravada. Grandes colegas, como Don Mattingly, lo identificaron como “el mejor pelotero con el que he jugado”. Ojalá tengamos más peloteros como nuestro héroe de hoy.


LAS MÁS LEÍDAS