Navegaba en internet, páginas y redes sociales, y vi algunas noticias de los hijos del señor de los trastornos mentales –reales y ficticios– cuando estos mantenían estrechas relaciones con los socios de un bufete de jóvenes abogados de la firma Veleiro, Mihalitsianos & De la Espriella. Esta firma fue disuelta, tras venderle sociedades a clientes suyos que resultaron ser presuntos terroristas, razón por la que esta firma y las sociedades ahora figuran en una lista exclusiva: la de OFAC, también conocida como Lista Clinton.
No es la primera vez que veo noticias de ese calibre. En 2019, un sitio web divulgó fotografías del demente reunido con Abelardo De la Espriella, el abogado de los narcoempresarios Alex Saab y Álvaro Pulido, señalados de ser testaferros del presidente venezolano Nicolás Maduro. Y a principios de este mes, el llorón publicó en Twitter una foto de él con ese abogado colombiano. En ambas citas –la de 2019 y la de 2022– también estaba el abogado chiricano bilingüe, el que habla español y ecuestre.
Precisamente, Saab y Pulido fueron recompensados por Estados Unidos (EU) de la misma manera que los abogados panameños amigos de sus hijos: los pusieron en la Lista Clinton. Estas amistades ciertamente no son de las más deseadas, pero entiendo esos encuentros con tan cuestionables personajes, ya que las amistades del loco han quedado reducidas a sus abogados, que encima, cobran por estar a su lado.
El santo patrón de los inocentes parece ser un imán para la gente relacionada de la manera incorrecta con la Office of Foreign Assets Control del Departamento del Tesoro de EU. Quizá lo ignore, pero puede que esté destinado a ser parte de ese exclusivo círculo, porque si no los busca, los encuentra, como cuando fue a inaugurar el mall de los Waked, cuya familia fue también incluida en la Lista Clinton años después. El que figuraran en la Lista Clinton no impidió su apoyo a estos empresarios. Es que es inevitable mirarse al espejo.
Claro que todos tienen la oportunidad de ir a aclarar su situación en EU, pero no veo que ninguno quiera viajar allá a hacerlo. Hay veces que la justicia estadounidense no tiene alcance hasta donde están los que busca, pero figurar en la Lista Clinton es el equivalente a lanzar una bomba nuclear, en cuya explosión toman tirios y troyanos. Pero es el costo de no enfrentar la justicia en Estados Unidos.
Personalmente, no le deseo a nadie estar en esa lista: no es la muerte física, pero tiene los mismos efectos sobre los negocios. Si alguna vez el pariente cercano, su familia –sí, su familia: esposa, hijos, hermanos y hermanas– y sus negocios –sí, también sus múltiples negocios y hasta quizá sus socios– llegan a aparecen en esa lista, él debería entenderlo mejor que nadie, pues tiene a su alrededor mucha gente que le puede explicar con lujo de detalles sobre las causas y sus catastróficos efectos.
Posterior a la publicación de esta columna, el 13 de octubre de 2022, se conoció que la información correcta es que varias sociedades vendidas por Veleiro, Mihalitsianos & De la Espriella ingresaron a la Lista Clinton, de la Oficina de Control de Activos en el Extranjero (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Ni la firma ni sus socios figuraron en el listado de la OFAC. Veleiro, Mihalitsianos & De la Espriella fue disuelta en mayo de 2012, por decisión de sus socios.
