Fuentes del Ministerio de Gobierno (Mingob) informaron que Rubianesa Baker Costarelos –la funcionaria de esta cartera capturada junto al pandillero Ezequiel Alarcón, nada menos que en el exclusivo residencial de Santa María– ejercía labores vinculadas a la “prevención de delitos”. No puedo imaginar la cara de sorpresa del ministro de Gobierno, Roger Tejada, quien tiene el dudoso mérito de haber llegado a ese puesto tras un allanamiento del Ministerio de Trabajo a la sede de este medio cuando él era viceministro de esa cartera, justo después de que La Prensa divulgara imágenes de la mansión de Gaby Carrizo en El Coco de Penonomé.
Pero cuando pienso en la participación del ministro Tejada en el diálogo nacional del año pasado, la cara de asombro que imagino de él se me pasa. Tejada, apenas fue nombrado ministro, fue abanderado de las patronales de Penonomé, donde cabalgó y disfrutó de paseos en un caballo de paso de su carnal. Semanas después, fue abanderado en el Desfile de las Mil Polleras, en Las Tablas. O sea, que Tejada sirve más para fiestar que para ministro. De todos los puestos que tiene el Mingob, a Baker Costarelos le dieron la tarea de cuidar el queso.
Baker Costarelos –hija de la representante de Palmas Bellas, Colón, Katy Costarelos, también miembro del PRD– tenía el nombramiento oficial en el Ministerio de Gobierno de “asistente técnico”, lo que equivale a cualquier cosa: desde asistir al ministro a asistir al sistema penitenciario. Tejada parece no tener conciencia de la importancia de su ministerio. ¿Cree que por destituir a esta funcionaria se desliga de su responsabilidad? ¿Cómo es que a nadie –ni siquiera a él– se le ocurre investigar el pasado y presente de alguien que va a ejercer funciones para prevenir el delito?
Es que están ocupados en cosas mucho más importantes que fingir ser ministro. Si los antecedentes de una persona no tienen ninguna importancia a la hora de ejercer un cargo clave, de seguridad nacional o de prevención del delito, etc., no me explico por qué no nombran de una buena vez a Yanibel Ábrego directora de la Anati y a Raúl Pineda como su subdirector. O a Eduardo Macea Alonzo (Marshall), superintendente de Bancos; Jorge Camargo Clarke (Cholo Chorrillo), ministro de Seguridad Nacional, y Jaime Powell (Yunya), a cargo del Consejo de Seguridad Nacional. ¿Qué más da, si el narcotráfico se mueve a sus anchas en el Gobierno?
Y si Benicio Robinson puede cogobernar desde la Asamblea y si Gaby Carrizo gobierna en vez de Cortizo, lo de Baker Costarelos no habría que darle color. El pandillero capturado en Costa del Este tenía una condena pendiente de 80 meses de prisión y, siendo el Ministerio de Gobierno responsable del Sistema Penitenciario, ¿hizo un esfuerzo por localizarlo?
Solo hay que recordar que el abogado Ernesto Cedeño le ha preguntado al Mingob si hay funcionarios con condenas en firme y ni ese ministerio ni la Corte Suprema ni la Procuraduría han respondido. Contestar sería como darse un tiro, pues seguramente hay funcionarios que, a pesar de su condena, son intocables. Por eso, señor Tejada, al igual que otros de sus colegas, debería renunciar. Pero usted carece de todo lo necesario para hacerlo.
