Pregunta frecuente en estos días –cuando faltan cinco meses para los comicios– es por quién voy o vas a votar. Muchos dudamos por quién; otros se lo darán a sus santos patrones, porque hay que admitirlo: los dogmas también se aplican a la política. Hay panameños que, teniendo la confesión de su mesías de que es un ladrón, no lo creen o lo justifican, porque su castillo de naipes se derrumbaría al mismo tiempo que su autoestima, por ser el tonto que no le hizo caso a nadie.
Ricardo Martinelli tiene el don de llevar a las personas a los extremos: o estás conmigo o estás contra mí. Los dogmáticos políticos tienen visión de túnel y por ello no hay muchas dudas de que si hoy fueran las elecciones, esa masa irracional sería responsable del peor error político de todos los tiempos, que nos llevaría por senderos impensados como inexplorados. Afortunadamente, la justicia parece estar haciendo su trabajo y es probable que no lo veamos en las papeletas. Pero hay que esperar, porque ese es un gato con muchas vidas.
Pero aunque desaparezca Martinelli del escenario político, el panorama sigue siendo incierto. Creo haber escuchado a José Raúl Mulino en una entrevista radial que ofreció a las pocas horas de aceptar la candidatura a la vicepresidencia por RM: no atrae un solo voto. Y coincido. Es posible que sea incapaz de capitalizar el voto de los dogmáticos martinellistas, quienes gustosamente le darían el voto a su mesías, si eso los saca de sus problemas, pero a Mulino no.
Eso nos lleva a Rómulo Roux y a José Blandón. A mi gusto, habría sido prudente poner a Blandón a la cabeza: más experiencia, más manejo; conoce la Asamblea, sus trucos y debilidades, pero aceptó ser el segundo y ahora el primero está en problemas. Roux es socio de Morgan & Morgan, con clientes importantes, poderosos y problemáticos, como Minera Panamá o Panama Ports (Hutchison), cuyos contratos de concesión… bueno, no hace falta explicar. Me pregunto, ¿cómo quitarse el mote de minero sin atacar a su firma? ¿Cómo distanciarse del hecho de que su bufete moldeó contratos extraordinariamente abusivos y lesivos para Panamá? Lo veo mal, porque, además, será difícil borrar la imagen de “vendepatria”.
Aquí entra en escena Ricardo Lombana. Le fue bien como candidato independiente en 2019, pero entendió que el sistema electoral está hecho para partidos. Creo que ha actuado bien en muchas cosas, pero en el próximo quinquenio será necesario hacer cambios que demandarán un tremendo capital político. Serán dolorosos e impopulares; por eso debe saber que le tirarán con todo y más vale que engrose su piel o no podrá gobernar, porque tendrá de consejera a la peor de todas: la ira. O controla su temperamento o terminará más solo que el uno. Lo otro es que me parece que no está haciendo lo necesario para ganar la Asamblea, por lo que puede que sea la misma en 2024, liderada por los rufianes de siempre. Lo arrodillarán si no los arrodilla primero.
En cuanto a Martín Torrijos, tiene dividido al PRD, por lo que no son 700 mil votos asegurados para el candidato oficialista. Me preocupa con quién gobernaría. En el PRD todos le deben uno o más favores a diputados, ministros y otros funcionarios y así, cobrando favores, puede que veamos a incompetentes perredistas en su gobierno. O dice desde ya con quién gobernará o la duda hará que muchos lo rechacen. Los demás candidatos en carrera no tienen posibilidades de ganar. Puede que ganen espacios políticos aliándose, pero no los veo gobernando. Ni siquiera al mequetrefe.