Tal Cual



PGN. En lugar de la Barbie y el Ken, el Niño Dios le traerá al Ministerio Público un nuevo secretario y subsecretario general. En esos cargos serían designados (no necesariamente en ese orden) Delia De Castro y José Chin. Ambos fueron fiscales cuando Kenia Porcell estaba al frente de la PGN; luego, con la llegada de Eduardo Ulloa, De Castro y Chin ejercieron como secretaria general y secretario administrativo, respectivamente, por tanto, tienen experiencia en esas lides. Después del pavo de Navidad y de las uvas del Año Nuevo, lo próximo que habrá que digerir son los movimientos que se darán en las fiscalías con la llegada de Luis Carlos Gómez.

CONVITE. La Navidad es un momento de reencuentros felices alrededor de una mesa. Y eso es lo que hicieron ayer José Raúl Mulino y Martín Torrijos. Ayer se reunieron (por segunda vez en menos de 24 horas) en La Casa del Marisco, junto al canciller Javier Martínez Acha y su hermano (tranquilos que era Ramón, no Valentín). Mientras Mulino presumía a los cuatro vientos de su afinidad con Torrijos, Martinelli se quedó solo en su hamaca, con Bruno. Lo bueno de su encierro voluntario en la embajada es que, por extraño que parezca, los panameños pudimos celebrar una Nochebuena en paz.

ELECCIÓN. El abogado Narciso Arellano, magistrado del Tribunal Electoral (TE) a partir del próximo 2 de enero, tiene afán por presidir ese organismo, pese a que todavía ni siquiera ha llegado formalmente al puesto. Como dice la frase de Julio César: vino, vio y venció.

DIPLOMACIA. Por cierto, Martinelli ha divulgado una presunta nota del denominado “Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional” (GRUN) de Nicaragua, en la que expresa su solidaridad tras la amenaza de Trump de exigir la devolución del Canal. La carta está dirigida al “querido pueblo panameño” y no al presidente Mulino, al canciller o al embajador de Panamá en Nicaragua. Tendrían que haber aprovechado para tender el puente; cada vez serán más escasas las oportunidades de congraciarse con el presidente.

‘FAKE’. El Meduca insiste en que, en 2012, se “fortaleció” el contenido de la asignatura sobre las relaciones entre Panamá y Estados Unidos, cuando lo que realmente ocurrió ese año fue su eliminación, a pesar de que había formado parte del pensum académico durante 49 años. La asignatura fue restablecida en 2015. ¿Por qué mienten descaradamente sobre un hecho que es fácilmente verificable? O son tontos o creen que los demás lo somos.


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