ZOZOBRA. Cuando uno cree que esta tragicomedia de tercera no podría ponerse peor, Nicaragua anunció anoche que no recibirá a Martinelli mientras el Órgano Judicial mantenga la solicitud de alerta roja a Interpol. ¿Por qué hacen esto? Martinelli ya tenía una orden de captura, dictada el 4 de febrero de 2024 por la jueza Marquínez a la DIJ, y nadie le cerró la puerta de la embajada cuando se metió ahí, tres días después. Es tan prófugo ahora como lo era el 7 de febrero de 2024. Entonces, ¿por qué ese es el motivo para finalmente rechazar su llegada a ese país? Pareciera que están montando todo este lío para satisfacer el capricho de alguien.
POLOS. Zulay Rodríguez decía que Martinelli está “triste, porque no quiere irse de Panamá”, pero Shirley Castañeda replicó que él se encuentra “feliz… No está triste. Está contento de que se va”. Estas dos versiones (aunque opuestas) hasta podrían ser ciertas. Así fue como pasó el último año: está en Panamá y está en Nicaragua, al mismo tiempo; está en libertad, pero a la vez está encerrado; lo visita la esposa y también las aves trepadoras. La dualidad es lo único que parece constante en su vida. Será por esa dicotomía que él afirma que ha sido el mejor presidente de Panamá, pero es el único que está condenado por blanqueo de capitales.
DISPARATE. Si finalmente se marcha a Nicaragua, Camacho asegura que no hay nada que impida que Martinelli se movilice desde allá hacia otros países, sin que nada ni nadie lo detenga. Para sustentar su afirmación señala que eso es lo que hace el venezolano Edmundo González, asilado en España desde diciembre, quien incluso ha viajado a Panamá. Cualquiera entiende que eso lo diga Camacho, pero, ¿qué lo diga también el canciller Martínez Acha? Porque son dos situaciones completamente distintas: a González nadie lo ha condenado por delito alguno. Y no se necesita ser abogado para reconocer eso.
EMPLAZAMIENTO. Mientras la bancada de Vamos ha guardado prudente silencio luego de leer las respuestas de Manuel Cheng a Flor Mizrachi, Juan Diego Vásquez ha exigido públicamente que el diputado pruebe sus señalamientos en esa entrevista. “Jamás nadie les ha insistido cómo votar”, remarcó Vásquez. Lo cierto es que ya son varios frentes abiertos: Betserai, Walkiria, la CSS, los suplentes (expulsados o no)… Si siguen así, solo van a quedar Juan Diego y Janine. Y cada uno tendrá que apoyarse en el hombro del otro.