ESPERANZA. El jefe de bancada de Vamos, Roberto Zúñiga, ha propuesto eliminar la prueba idónea como requisito indispensable para admitir una denuncia contra un diputado. El solo hecho de presentar un anteproyecto al respecto ya es señal de un movimiento en la dirección correcta. Ahora solo falta poner un tenedor en el agua y una escoba al revés para rogar que la bancada del mal no prevalezca en sus intentos de bloquear esta iniciativa.
MONEY. Estados Unidos está ofreciendo $25 millones por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro. Imaginen de lo que sería capaz Saúl Méndez por quedarse con esa suma. Si por $7 millones no tuvo reparos en traicionar a más de 412 trabajadores del proyecto Red Frog, mucho menos le importará entregar a Maduro a cambio del triple.
CÍRCULO. ¿A alguien le sorprendería saber que el detenido exrepresentante de Villa Rosario, Carlos Montenoir, estaba en la planilla de la exdiputada Yanibel Ábrego? Para colmo, cuando fue electo edil, en 2019, la Asamblea le permitió acogerse a una licencia con sueldo, por lo que, durante un tiempo, recibió dos emolumentos. Y, después de todo, ¿dónde están Yanibel, Mosley Ibarra y Gerardo Solís? Ojalá no estén esperando que toda esta gente acuda voluntariamente a la fiscalía.
PLATAL. El MEF ha propuesto un presupuesto general del Estado para el año 2026 de $34,901 millones, el más alto hasta ahora. Corresponde ahora presentar el proyecto a la Asamblea y remitirlo a la Comisión de Presupuesto, una instancia actualmente inexistente. La Asamblea ya ha desperdiciado el primero de los cuatro meses de este período de sesiones ordinarias. No quisiéramos pensar que la falta de tiempo será la excusa para omitir, por segundo año consecutivo, las vistas presupuestarias.
PARADOJA. Tener una planilla abultada y una cantidad significativa de oficinas no es sinónimo de productividad. Que lo diga Benicio. Según la Contraloría, emplea a 145 personas que nos cuestan $261,225 al mes, pero no ha presentado un solo anteproyecto de ley. Tampoco se molesta en acudir al pleno: en el primer período 2024–2025, solo asistió al 17.5% de las sesiones ordinarias. Lo inquietante es que esto sucede abiertamente, a la vista de toda la Asamblea (auditores incluidos), pero nadie le pone un alto.

