‘DÉJÀ VU’. Por el Palacio Gil Ponce corre el rumor de que el magistrado José Ayú Prado buscará la Presidencia de la Corte nuevamente. Cuidado con las designaciones, presidente Cortizo, no vaya a sucederle lo mismo que a Juan Carlos Varela cuando nombró a Russo y Cedalise.
‘SALAMANCA NO PRESTA’. El magistrado Olmedo Arrocha dijo ayer que “el año pasado se emitieron 2 mil decisiones de jueces y magistrados… o sea, que hay una producción”. Aunque entre los cuestionamientos al Judicial figura la lentitud en su producción de sentencias, su principal problema no es ese, sino la calidad de sus fallos. Si solo fueran números, habría solución. Pero acá el tema es calidad, y eso se resuelve con honestidad y valentía... y lo que la genética no da, los cargos no reemplazan.
A DISTANCIA. Este fin de semana son las elecciones para renovar el directorio del panameñismo. Mario Etchelecu y José Isabel Blandón –que se disputan su control– se hospedarán en Playa Blanca y Decameron, respectivamente, mientras esperan la convención en Penonomé. Juntos sí, pero nada de revolturas.
QUÉ CACHÉ. Alguien comentaba que fue a pagar sus impuestos –voluntariamente– a la casa matriz de la Caja de Ahorros, luego de haber recorrido media ciudad para cumplir su deber ciudadano. Pero al momento de sacar la plata para hacerlo, fue amablemente informado por un funcionario bancario que debía trasladarse a una sucursal, pues allí no recibían el pago de impuestos. Por eso es que se dice que el Estado es el peor de todos los administradores.
SIN ESCASEZ. Y, a propósito del Estado, en la Asamblea no solo se destinan cientos de miles de dólares a proyectos de construcción de poca necesidad, sino que los aumentos de salario a sus funcionarios están a la orden del día. El país enfrenta una crisis económica, menos en diputadolandia. ¿Por que será?
AMIGUETES. En aquellos días en que Ricardo Martinelli comparecía ante el juez de Miami Edwin Torres –que determinaría si el expresidente era extraditable o no– la defensa echó mano de todo lo que había a su alcance. Incluso, enviaron al juez cartas a favor de Martinelli firmadas por diversas personalidades locales, como el exalcalde Tomás Regalado, el reverendo Martín Añorga y el profesor Bruce Bagley, de la Universidad de Miami, “experto” en política latinoamericana y –según él– “consultor” del gobierno panameño en el mandato de Mireya Moscoso. Sucede que ahora Bagley enfrenta cargos por presuntamente lavar $2.5 millones que eran parte de un esquema “de sobornos y corrupción” desde Venezuela. Ojalá que su caso no vaya al despacho de Edwin Torres. Más le convendrían jueces como los de Panamá.