‘Te pondrán flores en el estómago’. Una antología



Se suele decir aquello de que “si quieres ser universal habla de tu barrio” y creo que es verdad: la mirada del artista se ve siempre nutrida, no solamente por lo que vive en su inmediatez familiar, sino también por ese «infierno grande» que es su patria chica. Por eso no es absurdo —la mayoría de las veces— leer ciertas literaturas en función del lugar de origen de los escritores. La literatura que escribimos también se ve salpicada por el lugar donde nacemos —una obviedad que conviene recordar— porque se trata de miradas, de maneras de mirar: el cielo no luce igual de azul en Panamá, Madrid o en La Palma.

Con el sugerente título Te pondrán flores en el estómago. Nuevos flujos de la literatura canaria, Ediciones La Palma (2024) acaba de publicar el que va a ser el nuevo pórtico por el que llegar a la escritura que se está practicando en el archipiélago canario. Una preciosa edición, que ha estado a cargo de Paula Fernández, y que cuenta con la participación de quince escritores canarios, lo que ofrece una panorámica amplia de la influencia que ejerce el espacio vital en lo que se escribe o por arraigo o por nacimiento.

La poeta y alma de Ediciones La Palma, Elsa López, ha impulsado, con la generosidad y atenta mirada al entorno literario de las islas que siempre la ha caracterizado, esta antología que recoge textos de escritores de menos de 40 años, y que practican con una belleza y aplomo una literatura que en algunos casos ya ha trascendido las fronteras del archipiélago (es el caso de Sandra Abreu, con su novela Panza de burro, traducida a 16 idiomas y que ha vendido miles de ejemplares) y en otros están caminando sus primeros tramos por la literatura: textos en su mayoría inéditos, poemas, narrativa breve y diálogos dramáticos para levantar una cartografía, arbitraria como toda antología, de los recién llegados a las letras canarias.

Me atrajo el ritmo de Sandra Padrón Padrón, que me hizo viajar hacia el recuerdo feliz de la poesía de Justo Jorge Padrón por el apellido reiterado, y con quien tengo una cuenta pendiente. Su poema Cinéfila por las cotufas me parece, junto con Lo contrario al vértigo, un desparpajo fascinante, muy rico de imágenes y musicalidad, virtudes estas muy cercanas a las de Antonio M. Piñero, pero la suya es una poesía más sucia, teñida de cierta brutalidad triste y reflexiva, que dibuja los vacíos como en Danza lenta o Alféizar. Y ambos, contrastan con la poesía luminosa de Covadonga García Fierro (de la que hablaremos en otra reseña), que con dos poemas, Flores recién cortadas y Tempus Fugit, se sitúa en una mirada más lírica, que no es otra cosa que otra perspectiva de las mismas búsquedas.

De los narradores, les sugiero dos: Celia Lorenzo Ramos, que con el cuento La clementina nos plantea una reflexión sobre el universo, el todo y la nada, un cuento fantástico con mucha racionalidad y de vivas emociones, que deja ver una excelente narradora que seguirá dando qué leer y de qué hablar. Y Óscar Liam Torres Rogan, que en su cuento Amnesia colectiva nos dibuja el drama de los que emigran y de los que llegan y son tenidos por el peor de los males, una historia poderosa y de imágenes muy potentes.

Lo universal en una flor común, las flores del propio barrio, eso es Te pondrán flores en el estómago. Nuevos flujos de la literatura canaria, un asomo a lo común con acentos y colores distintos. Una antología que hermana y vincula, que señala y retrata un momento literario muy particular, como el patio de cada casa, como el patio de todas las casas: la literatura, otra vez, al servicio del mutuo reconocimiento y de la belleza. Un descubrimiento.

El autor es escritor.


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