El 1 de octubre de 1968 tomó posesión como presidente de la República de Panamá el doctor Arnulfo Arias Madrid. Casi de inmediato, decretó cambios en la jerarquía de la Policía Nacional. Había mucha inquietud en los altos mandos de nuestro único cuerpo armado.
A Omar Torrijos Herrera lo habían trasladado a El Salvador como agregado militar y el Partido Panameñista le había entregado 2,000 dólares para su traslado. Boris Martínez era el jefe del Cuartel de Chiriquí. Unos días antes del 11 de octubre viajó a la ciudad de Panamá. Torrijos Herrera le pidió a Martínez que “hiciera algo por él”. Boris le dijo a Omar que se fuera a descansar, debido al alto estado de embriaguez.
Martínez se regresó a David. El 11 de octubre de 1968, desde David, en la tarde, Martínez proclamó por la radio el golpe de Estado militar contra el gobierno de Arias. De inmediato, Martínez llenó con tropas dos aviones DC-3 de COPA y se dirigió al viejo aeropuerto de Tocumen. De aquí se tomó -porque ya estaba hablado- el Cuerpo de Caballería, ubicado en Panamá Viejo. Luego contraloría el Cuartel Central.
Ya entrada la noche del 11 de octubre de 1968, Arias estaba en el cine Lux. De allí salió y se fue a refugiar a la antigua Zona del Canal.
Siempre se propaló la gran mentira de que Torrijos Herrera había dado el golpe de Estado. Hasta Roberto Díaz Herrera ha afirmado que él participó en ese golpe. Pero el barbero Mojica de Santiago de Veraguas siempre me aseguró que la noche del 11 de octubre de 1968, Roberto Díaz Herrera estaba en un pindín en Martín Grande.
Por su parte, Torrijos Herrera, “en fuego”, se fue a la casa de Efraín Angueira, ubicada en la Zona del Canal. Angueira era el enlace entre la tropa gringa y la Policía Nacional. Demetrio Basilio Lakas fue a buscar a Torrijos a la casa de Angueira. A Torrijos lo bañaron y lo obligaron a tomar café, bien cargado y sin azúcar, para que le pasara un poco la “juma”.
Las escaleras del Cuartel Central de la Policía las subió Torrijos Herrera, llevado “por la relinga” por Basilio Lakas, esa noche del 11 de octubre de 1968.
En febrero de 1969, Torrijos Herrera traicionó a Martínez y lo envió en un DC-3, piloteado por el capitán Villalaz y Patricio Janson, rumbo a Miami. Martínez iba esposado y amordazado.
A mediados de diciembre de 1969, Amado Sanjur y “Pili” Silvera intentaron darle un golpe de Estado a Torrijos, aprovechando que este se encontraba en un evento hípico en la ciudad de México. Curiosamente, el piloto que operó el aero-taxi que trasladó a Torrijos hacia Panamá era un cubano al servicio de la CIA, quien había recibido la orden de trasladarse de Miami, lugar de su residencia, a la ciudad de México.
El aero-taxi aterrizó en San Salvador para abastecerse de combustible. Luego aterrizaron en Managua. En Nicaragua los esperaba el gringo “Red”, experto piloto de la Segunda Guerra Mundial, quien se había radicado en Chiriquí, piloteando las avionetas dispersoras de pesticidas sobre los arrozales.
El aero-taxi del regreso, piloteado por “Red”, aterrizó, casi a la medianoche, en la pista de David, alumbrada por los faroles de los carros. Se inició así el irrefrenable culto a la personalidad de Omar Torrijos Herrera.
Ante todos estos acontecimientos, los militares no habían cambiado la Constitución de 1946. Para el 20 de enero de 1972, en Ocú, durante las fiestas de San Sebastián, Juan Materno Vásquez anunció públicamente que se harían “algunos” cambios a la Constitución de 1946 mediante una asamblea de 505 representantes de corregimientos.
De esa asamblea salió el mamotreto militarista que llaman Constitución de 1972, a la cual posteriormente le han hecho “reformas cosméticas”.
Tenemos que derogar totalmente la Constitución de 1972 con todas sus cosméticas reformas y volver a la Constitución de 1946. Así se cierra la asamblea de casi 700 representantes de corregimientos y la Asamblea Nacional de 71 diputados, porque estas figuras políticas no están contempladas en la Constitución de 1946.
De inmediato, en 60 días, se elegirá una asamblea constituyente de 35 diputados para redactar una nueva Constitución. Los 35 diputados constituyentes saldrán elegidos de la siguiente manera: se elegirán diputados provinciales. Dos por provincia, serían 20 constituyentes.
Elegirán 2 constituyentes las comarcas Kuna Yala, Emberá y Ngäbe Buglé, y un constituyente la comarca Naso. En total, las comarcas elegirán 7 constituyentes. Entre provincias y comarcas elegirán 27 constituyentes. La ciudad de Panamá y el distrito de San Miguelito elegirán 8 constituyentes como una sola entidad política.
El autor es ingeniero agrónomo.

