El año 2024 viene con una nube negra en el firmamento. Cambio de gobierno, la posibilidad de una crisis económica del país, un sistema educativo en los niveles más bajos de la región según los resultados de la prueba PISA, un sistema de salud con limitaciones para mantener la población sana, detección temprana de enfermedades y una crisis de medicamentos ampliamente conocida por los pacientes. Y no cabe olvidar que Panamá está ubicado entre los países más corruptos y desiguales del mundo. Gobernabilidad transparente, empleabilidad, educación y salud son los principales retos que debemos asumir valientemente como sociedad.
¿Cómo sabemos y medimos el impacto de todos estos problemas? Maximizando el aporte de la ciencia, la tecnología y la innovación en el país. Para lograrlo, podemos aprender de otras sociedades en las que existe una colaboración triangular que conecta a la academia con la actividad productiva y las organizaciones sociales para generar soluciones que pueden ser comercializadas en el mercado global.
Estos modelos son raros en América Latina, pero ya hay buenas prácticas en vecinos cercanos como los Clústeres de Innovación de Bogotá. Estos clústeres reúnen a los actores claves y trabajan comercializando soluciones que resuelvan problemas reales del país, todas con mucho éxito. Panamá está a un paso de hacer lo mismo: en el 2024 veremos un movimiento masivo de emprendimientos e innovación en salud, educación y agronomía que impulsarán la economía. Este es el momento de apostar a los cambios disruptivos.
Los años de crisis son momentos de oro para invertir. Los verdaderos inversionistas se guían por el principio de comprar barato y vender caro para generar ganancia. Panamá viene de un año en el que cierres masivos del país afectaron la economía, que sin embargo se reactivó con rapidez. La gente siente que tiene que hacer algo por cambiar el país y este es el momento de hacerlo, aportando formas innovadoras de colaboración entre la ciencia, la actividad productiva y la sociedad.
¿Qué esperas para sumarte a Ciencia en Panamá para lograrlo?
El autor es médico epidemiólogo e integrante de Ciencia en Panamá
