Desde 2009, el actual representante de Bella Vista, Ricardo Domínguez, ha estado impulsando mejoras integrales a la emblemática vía Argentina, haciendo hincapié en recuperar y mejorar los espacios peatonales.
Bajo la administración del alcalde Bosco Ricardo Vallarino, se licitó el estudio y diseño de una mejora integral a esta vía. Fue adjudicado a la firma de Mallol. Entre otras cosas, proponía estacionamientos soterrados bajo el parque Andrés Bello o bajo las isletas centrales. El proyecto no prosperó porque la alcaldesa Roxana Méndez no le dio continuidad.
En 2014, al llegar a la Alcaldía, decidimos retomar el tema. El Plan Parcial de la Línea 1 del Metro establece la necesidad de recuperar y mejorar el espacio peatonal de la vía Argentina para facilitar el flujo de personas que utilizan la estación del mismo nombre hacia los comercios y residencias del área y la Universidad de Panamá.
Se decidió seguir la buena práctica de licitar el diseño por separado de la construcción. En esta ocasión, la licitación del diseño fue ganada por la firma Tapia & Watson, también panameña. Se hicieron dos jornadas de consulta pública, ampliamente divulgadas, en las que lo planteado por los asistentes fue tomado como criterio para el diseño final. Por ejemplo, se opusieron a los estacionamientos soterrados y estos no fueron incluidos por ello.
Una vez contamos con los planos, se licitó la construcción. Esta licitación fue ganada por la empresa panameña CUSA, de larga trayectoria en el país. Hoy ha iniciado la ejecución y, como es obvio, un proyecto de esta magnitud trae consigo molestias.
Es necesario reiterar que este no es un proyecto de aceras, es mucho más abarcador que solo eso. Se trata de mejorar la misma calle, soterrar cables, mejora de drenajes pluviales y del sistema de disposición de aguas servidas, arborización, mejorar alumbrado, instalar sistema de videovigilancia, mejoras al parque Andrés Bello y la habilitación de un nuevo espacio público. Y, por supuesto, recuperar las servidumbres aprovechadas hoy por privados y así ampliar y mejorar el espacio peatonal, que hoy es insuficiente y, en algunos tramos, inexistente.
A lo largo de todo el proyecto, no se están eliminando estacionamientos en propiedad privada, se está recuperando servidumbre pública que privados se habían tomado para sí, que es otra cosa. En la disyuntiva de escoger entre espacio para caminar y espacio para estacionar, hemos privilegiado al peatón, porque es la mayoría. Ningún estudio de tráfico avala la tesis de que hay más carros particulares que peatones. Todo lo contrario, por cada persona que va en un carro, hay casi tres que utilizan transporte público y caminan.
Al finalizar el proyecto, la vía Argentina será un barrio modelo, que servirá de ejemplo para futuras intervenciones en otros barrios de la ciudad capital. El comercio tomará aún mayor vida, como ha sucedido en todas partes del mundo cuando se revitalizan los espacios públicos. Los vecinos mejorarán su calidad de vida, pudiendo ahora caminar por aceras accesibles, iluminadas y arborizadas, donde ya no tendrán que sortear los carros estacionados sobre el espacio peatonal ni tirarse a la calle para caminar. Después de casi ocho años de esfuerzos, consultas y traspiés, estamos hoy más cerca que nunca antes de concretar la aspiración de demostrar que sí es posible una mejor ciudad más amigable al peatón. Vía Argentina será una de las pioneras y motivo de orgullo para todos sus residentes.
