Las palabras de Ursula von der Leyen, presidenta reelecta de la Comisión Europea, en una conferencia internacional de seguridad celebrada en Praga al cierre del pasado agosto, dicen mucho de la situación actual de Europa. Sintetizando sus ideas, la funcionaria afirmó que los europeos debían enfocarse en la dimensión de seguridad de todo su accionar, ya que la Unión Europea implica de modo intrínseco un proyecto de seguridad en el cual Europa central tiene un papel crucial.
Para comprender el alcance de estas afirmaciones propongo a continuación tres referencias iluminadoras: inicio con la propia experiencia latinoamericana de hace medio siglo, cuando merced a la ambiente ideológico marcado por la Guerra Fría, las dos potencias mundiales del momento, USA como adalid del ala capitalista, y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como líder de la línea socialista, disputaban áreas de influencia geopolítica y financiaban conflictos bélicos en nuestros territorios a fin de incomodar a su adversario.
De esta manera, e iniciando con la revolución cubana, se tenía la idea de provocar cambios de gobierno proclives a la influencia socialista en la región latinoamericana. Ello fue respondido desde Washington con la instauración de la doctrina de “seguridad nacional” y gobiernos militares obedientes a sus intereses. Esto ocasionó momentos fuertes de violencia entre grupos guerrilleros y las fuerzas militares estatales. En síntesis, la oposición ideológica de ambas potencias dio resultados negativos en territorios y poblaciones sin ningún interés particular en tal disputa.
Una segunda referencia, para captar el trasfondo del futuro de la seguridad europea, es prestar atención al modo en que se ha denominado al conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Por una parte, desde el aparato de propaganda occidental se habla de la “invasión” de Rusia sobre Ucrania, y por el lado ruso, de una “operación militar especial”.
Resumiendo en lo básico el desencadenante práctico de tal conflicto, deviene de la progresiva ampliación del área de influencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), eje del sistema de seguridad europeo liderado por USA y 31 países más, que luego de la reunificación alemana de 1990, fue incorporando países de Europa del este. El territorio ucraniano, ubicado en la “línea roja” que separa a la OTAN de Rusia, implica una posibilidad extremadamente peligrosa para dicho país, pues sus tentativas de incorporarse formalmente a la OTAN violentan el área de seguridad rusa.
Así, las acciones de Rusia son la lógica protección de sus intereses geoestratégicos, y siguiendo los aportes de Edward Demenchonok, académico ruso de Fort Valley State University en USA, sería mejor calificar a este evento bélico por su intención de fondo, que ha sido propinar una “derrota estratégica” a Rusia por mediación de la OTAN.
Y como referencia de cierre, menciono la teoría de los Ciclos hegemónicos, compartida por Fernando Estenssoro (USACH- IDEA – Chile) en un ciclo de conferencias organizadas por la REDYALA y la Universidad Nacional de Costa Rica en agosto del 2022. En dicha ocasión, dentro de la ponencia titulada Conflictos en Europa: relecturas latinoamericanas ¿Qué dicen a Abya Yala?, el académico explicó el contexto de incertidumbre mundial que vivimos actualmente, ya que el orden unipolar iniciado desde 1990 con la caída de la URSS, poco a poco va cambiando a un orden multipolar, donde con China a la cabeza, un grupo de países van rebelándose a la hegemonía de USA. Por este motivo, el país hasta ahora dominante trata de sostener su liderazgo generando conflictos en el patio del vecino a fin de debilitarlo, pero en el fondo sabe que tarde o temprano su ciclo de poder se derrumbará y otro(s) tomará(n) su lugar.
En conclusión, al quedar situada en el centro del conflicto de las potencias geopolíticas, Europa vive una triste circunstancia al inclinarse a tendencias belicistas antes que a favorecer la diplomacia y la sensatez de la paz. Sus pobladores son víctimas inocentes que desde ya soportan las consecuencias negativas del final de un ciclo hegemónico.
El autor es docente universitario.
