“Ningún elogio será digno de tal nombre”. Epitafio ante la tumba de Nicolás Maquiavelo (1469-1527), que se encuentra en Florencia, ciudad natal y donde él trabajó.
Maquiavelo revolucionó la ciencia política y dio consejos muy puntuales a los gobernantes, sin embargo, como ocurre todo en esta humanidad se le ha tergiversado y se le ha puesto el mote de maquiavélico a aquello espantoso.
Quien gobierna debe distanciarse de los manzanillos, de los aduladores, que le quitan tiempo al gobernante y se enquistan en el entorno de él. A los seres humanos nos gusta que nos alaben y nos digan que somos el más bonito, el más firme, el más determinado, que poseemos la mejor sonrisa.
El buen líder tiene que mostrar fuerza, confianza, mostrar carácter.
Con sus amigos y las personas que le siguen tener consideración. No debe permitir ni siquiera que le miren con desdén ni arrogancia los de su equipo. No debe mostrarse ni dubitativo ni indeciso. Nada que ver con Nito: esa es una historia de leche condensada.
Debe asignar tareas que se adapten a los conocimientos y a las destrezas de los designados. Como está de moda el transporte por rieles, tampoco habría que llamar para atender esa necesidad a uno de los mayores ingenieros de ferrocarriles que ha tenido Panamá, Florencio Arosemena, quien fue presidente en 1928 y fue depuesto dos años después. Tecnócrata que había tenido el privilegio de estudiar en Alemania esa especialidad y ser discípulo de Alberto Einstein, quien lo visitó en el Palacio de las Garzas.
El gobernante debe saber escuchar y entender las opiniones de otras personas y, por supuesto, frenar y alejar a la recua de aduladores que siempre están prestos a merodear por el área del poder y tratan de entrar en ese comportamiento muy humano que derrite y es la alabanza del que está en el caballo.
El caudillismo domina la política: caudillo forjado (Martinelli) y caudillo nuevo (Juan Diego). Están ejerciendo presión grande en la Asamblea para controlarla.
En su atomización, se distingue lo viejo de lo nuevo. ¿Qué diputados son de la vieja escuela clientelista? ¿Qué partidos marchan con ellos? ¿Qué libre postulados son de la vieja escuela?
Tenemos historia importante de caudillos. Harmodio Arias fue un líder y no un caudillo, pero su hermano Arnulfo si fue un caudillo. El presidente Porras fue un caudillo. No José Domingo de Obaldía.
No hay sociedades sin líderes. Los líderes son necesarios. Sí puede haber sociedades sin caudillos. Panamá se ha acostumbrado al caudillismo. Caudillos autócratas rigen naciones vecinas: Ortega, Bukele.
Panamá dispone de una historia democrática, anterior incluso a la independencia de Panamá de España. Bucear nuestras mejores prácticas para resolver los desafíos democráticos institucionales que se avecinan. Las personas más esclarecidas piensan que necesitamos un liderazgo moderno, alejado de mesianismos. En la naturaleza de la presidencia de Mulino está el haber sido el recomendado por el caudillo asilado en La Alameda.
Mulino es el delfín o heredero político de Martinelli, con expresiva bancada legislativa y representación oficial. ¿Qué funcionarios de las filas martinelistas van a responder a Mulino y compartir lecho gubernamental con las de estirpe mulinesca?
El país está necesitado de crecer en lo económico. Ese crecimiento tiene que ver con las actividades que puedan desarrollarse a lo interno, como la idea del ferrocarril David-Panamá. Obra estatal. Iniciativa que impulsará la economía y al mismo tiempo la captación de inversiones extranjeras. ¿En qué momento se afronta la pobreza y desigualdad en una nación que es campeona en esa materia a escala mundial?
La impunidad: ¿cómo se afrontará la cantidad de actos que impiden que no haya controles ante la impunidad rampante?
El autor es periodista y filólogo.

