Nati*, 15 años, conoció a un hombre joven, seis años mayor que ella. Iniciaron una relación. Ella estaba en la escuela y esta persona la embarazó tres veces. Mientras vivieron juntos la comida nunca sobró, pero cuando él la abandonó todo escaseó aún más. Ella salió a trabajar, pero su salario no alcanzaba para sostener a cuatro personas.
El Censo Década 2020 indica que hay 14,454 mujeres de 15 a 19 años con al menos un hijo nacido. Está confirmado que el embarazo en la adolescencia limita el potencial humano de la madre adolescente, en cuanto a su formación y desarrollo; ahora si se vuelve recurrente las oportunidades para ella se vuelven más y más escasas. La historia de Nati es un crudo ejemplo de cómo el embarazo adolescente recurrente puede atrapar a una joven en un ciclo de pobreza y oportunidades limitadas.
Hoy, en el Día Internacional de la Niña (11 octubre), la Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Natalia Kanem, señaló que “las adolescentes de 15 a 19 años en países de ingresos bajos y medianos tienen 21 millones de embarazos al año”. “Para muchas de estas niñas, esto significa una vida no solo truncada, sino completamente acortada. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto se encuentran entre las principales causas de muerte de las adolescentes en todo el mundo”.
La experiencia de vida de Nati es un recordatorio de la urgencia de abordar la prevención del embarazo adolescente de manera integral y, de darse, prevenir su recurrencia, brindando a las jóvenes madres las herramientas necesarias, para construir una vida mejor para ellas y sus hijos.
Debemos tener presente que el embarazo en la adolescencia no solo afecta a la joven madre y su familia, también tiene un efecto negativo en la productividad del país.
¿Cuánto pierde el estado por no invertir en la prevención del embarazo adolescente? Según el primer estudio Consecuencias Socioeconómicas del Embarazo en la Adolescencia en Panamá (mejor conocido como MILENA), el costo por oportunidad, para 2019, fue de 525 millones al año, lo que equivaldría a tres meses de ingresos del Canal.
Próximamente, UNFPA Panamá presentará el estudio MILENA 2.0, por ello aprovecho esta tribuna para invitar al gobierno del presidente José Raúl Mulino, especialmente al Ministerio de Salud y al Ministerio de Economía y Finanzas; a la academia y al sector privado, a sumarse en el fortalecimiento del capital humano femenino.
Igualmente, no debemos olvidar los embarazos en niñas (10 a 14 años) que constituyen violencia sexual. Es inadmisible que como sociedad permitamos que haya una niña embarazada por violación. Sin embargo, tristemente la realidad es que cerramos el año 2022 con 147 niñas, de 10 a 14 años, con un hijo vivo. Urge que continuemos trabajando por el derecho a que vivan libres de violencia.
Para que tengan un desarrollo pleno y sean las profesionales que el país necesita, las niñas y adolescentes panameñas merecen tener un presente donde sus derechos sean respetados y defendidos activamente por toda la sociedad.
*Nombre cambiado
La autora es Representante Nacional del Fondo de Población de las Naciones Unidas