Sabemos que la participación ciudadana es esencial para la salud democrática. Cuando los ciudadanos se involucran en los procesos de toma de decisiones, expresan sus opiniones y contribuyen a la mejora de sus comunidades, se promueve un mayor compromiso cívico. La participación crea conexiones sociales que fomentan la confianza y la empatía y genera un sentido de empoderamiento tanto a nivel individual como colectivo.
Sin embargo, en Panamá, algunos de los pilares de la vida cívica, como la confianza entre las personas y hacia las instituciones, y la participación social, parecen estar en declive. La Encuesta Nacional de Voluntariado de 2023 realizada por la Fundación Voluntarios de Panamá revela que el 25% de los ciudadanos mayores de 15 años no creen tener poder para cambiar su país o comunidad. Este bajo nivel de empoderamiento puede ser una de las causas por las cuales la mayoría no valora la participación como clave en el concepto de ciudadanía. Según la Encuesta de Ciudadanía y Derechos del Centro de Investigación y Estudio de Políticas Sociales (CIEPS), al 2023, un 71.7% de los panameños considera la participación política como “poco o nada importante” para ser buenos ciudadanos.
La confianza entre las personas y en las instituciones también ha disminuido. El mismo estudio de CIEPS muestra que el 80.2% de la población considera que la mayoría de los panameños son poco o nada confiables, un aumento de 6 puntos porcentuales desde 2021. Esta desconfianza dificulta la cooperación para resolver problemas comunes y genera una menor cohesión social.
A pesar de estos desafíos, el voluntariado emerge como una vía efectiva para mejorar la participación ciudadana. Entre 2012 y 2023, la tasa de participación voluntaria en Panamá aumentó del 20% al 34%. Los jóvenes de 15 a 24 años destacan como el grupo etario que dedica una mayor cantidad de horas a apoyar a alguna causa a beneficio de otros. El voluntariado ofrece una forma tangible de involucrarse activamente, incluso cuando las personas se sienten distantes de las formas tradicionales de participación política. Permite a los ciudadanos ver los resultados directos de su esfuerzo, lo que refuerza el sentido de empoderamiento y pertenencia.
A través del voluntariado, las personas adquieren una mayor comprensión de las desigualdades sociales y un sentido de responsabilidad hacia el bienestar colectivo. Participar en colectas, dar clases a estudiantes o mejorar espacios públicos, permite a los voluntarios conocer de cerca los problemas y el impacto de la acción colectiva. El voluntariado también refuerza otras actitudes prosociales. Según la Encuesta de Voluntariado, los voluntarios en Panamá donan más dinero a causas filantrópicas (71% frente a 44% de los no voluntarios), participan más en organizaciones sociales y cívicas (60% frente a 34%) y se involucran más en causas que les interesan, como marchas o vigilias (42% frente a 25%). Los voluntarios son más propensos a defender políticas que reflejen sus valores, como la justicia social o la sostenibilidad medioambiental.
Para abordar estos desafíos, hace poco más de 10 años un grupo de organizaciones sociales y del sector privado nos dimos a la tarea de crear un ecosistema nacional de voluntariado, promoviendo una legislación nacional, mediciones periódicas, un centro virtual de voluntariado (www.ponteenalgo.com), capacitación, y múltiples iniciativas solidarias a lo largo del país. Los resultados demuestran que se puede construir ciudadanía a través del voluntariado, pero que se puede potenciar aún más.
El voluntariado nos puede ayudar a generar un ciclo continuo de compromiso cívico en que los ciudadanos no solo contribuyen a mejorar su comunidad y el país, sino que también desarrollan un sentido de responsabilidad que perdura. Por eso, hoy 5 de diciembre, Día Nacional del Voluntario, vale la pena reafirmar el compromiso con la promoción del voluntariado desde todos los sectores, reconociéndolo como un instrumento clave para fortalecer la participación ciudadana y la vida cívica, elementos fundamentales de nuestra democracia.
La autora es fundadora de Voluntarios de Panamá.